Casemiro, el protector vigilante del Madrid: único en su especie

19.03.2017 11:00 de  Adrián Blanco  Twitter:    ver lecturas
Casemiro, el protector vigilante del Madrid: único en su especie
Bernabeudigital.com
© foto de Imago/Image Sport

Seguramente no exista en estos momentos un futbolista más irremplazable para Zinedine Zidane que Carlos Henrique Casemiro. Con el permiso de Sergio Ramos, y la congoja que provoca a cualquier rival cada vez que sube a rematar de cabeza, pues en lo defensivo no termina de estar todo lo atinado que el francés y el propio sevillano desearían; y la presencia de Cristiano Ronaldo, quien no necesita estar en su plenitud facultativa para resolver un encuentro como el de ayer en San Mamés, con dos asistencias algo lejos, eso sí, del foco principal mediático al que siempre nos ha (mal)acostumbrado. Sin embargo, lo del brasileño va mucho más allá: el equipo blanco no goza de un relevo de garantías con el que proporcionarle un (merecido) descanso de vez en cuando. Pero no por una mala gestión de la plantilla, ni nada tiene que ver aquí ninguna sanción de la FIFA, es que Casemiro es, a día de hoy, un futbolista en peligro de extinción en Europa. Único, en el primer escalón continental a nivel de clubes, por todo lo que aporta.

Porque ya sean propios o extraños, compañeros o rivales en cuestión, todo el mundo sabe cuál es el hábitat de Casemiro. Y dónde resulta muy sencillo encontrarlo. Privilegiado físico, aporta siempre ese plus diferencial a lo largo de todos los encuentros que, rebasadas las tres cuartas partes de cada tiempo, le permite seguir corriendo, bregando y azuzando a cualquier contrario. Siempre está ahí. Y se hace notar. Por inabarcable que a menudo pueda parecer su ratio de influencia, el ‘14’ del Real Madrid es, como dijo aquel hace ya tiempo, el albañil que toda plantilla de arquitectos debe tene. Y por si fuera poco, sin levantar mucho ruido, al brasileño le ha dado por poner su sello a goles decisivos en el devenir del curso: primero fue ante el Nápoles, cuando empaló una volea que dejó boquiabierto al mismísimo Zidane; y después ayer, en el asalto a la jaula de los leones, con un rechace que bien puede valer un título de Liga para el Real Madrid.