A seis y sin jugar a nada

28.11.2016 17:20 de David Marcos Twitter:    ver lecturas
A seis y sin jugar a nada
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Vaya siete días hemos tenido los madridistas. El 19-N, el Madrid asaltó el Calderón de la mano de Cristiano y dejó claro que en la capital solo hay un equipo. Tres días después, cerró su clasificación para los octavos de la Champios en casa del Sporting (de Portugal). Y el pasado sábado, venció al Sporting (de Gijón) para acostarse con siete puntos de ventaja sobre el segundo clasificado. 

Esos siete puntos se han quedado al final de la jornada en seis, puesto que el Barcelona no pudo pasar del empate en Anoeta. Al equipo de Luis Enrique le faltó intensidad, ganas y sobre todo, juego. Para ser el equipo que enamora al fútbol con su estilo, ahora mismo el Barcelona no juega a nada. Y no es algo de ahora, ya que en los últimos años se ha sostenido por ese genio llamado Messi. En cuanto frotan la lámpara y no sale nada, queda un equipo simplón que pudo haberse ido con la derrota a casa si no hubiese sido por la intervención del colegiado.

Ahora llega el Clásico con el Madrid líder y con seis puntos de ventaja. El equipo sin proyecto, sin director deportivo, que solo ficha mediapuntas o jugadores para vender camisetas y que no juega a nada, lleva 31 partidos sin perder. En una temporada en la que no ha sido capaz de estar dos semanas seguidas con todos los jugadores sanos, el Madrid demuestra que todo lo que se dice sobre él son esos, habladurias o charlas más típicas de amigos en un bar que de los profesionales del periodismo. Como al Madrid le de por ganar en el Camp Nou, a más de uno le da un infarto. El equipo que no juega a nada, líder por encima del equipo que inventó el fútbol y del cholismo. 

David Marcos
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David Marcos
Conmigo quién quiera, contra mí quién pueda". Un día me hice seguidor del Real Madrid y desde entonces he disfrutado de pasillos, carreras eternas hasta el banquillo para celebrar un gol o voleas gloriosas. Sin embargo, siempre queda en el tintero todo aquello que el tiempo no te ha dejado disfrutar. Por los que se fueron, que no volverán, pero jamás se marcharán.