El Balón de Oro y la broma de Guardiola

Cristiano Ronaldo está entre los finalistas al Balón de Oro junto a Messi y Neymar. Sin sopresas. Justicia para un jugador que ganó su cuarta Bota de Oro gracias a los 48 goles anotados en la pasada Liga. Con este podio suma siete de los últimos ocho, un mérito enorme y que no debe pasar desapercibido a la hora de valorar a uno de los mejores jugadores de la historia. 

Sin embargo sus méritos serán insuficientes para revalidar el galardón el próximo mes de enero. El cuarto Balón de Oro tendrá que esperar y Cristiano debe apretar para reconquistar el cetro. No le valdrá con el nivel mostrado en los últimos partidos, tendrá que volver su mejor versión y para ello deberá olvidarse de sus tiranteces con Benítez, del resultado del Clásico y de los guiños al PSG. Si Cristiano quiere un nuevo Balón de Oro deberá tirar del carro y hacer campeón de nuevo al Real Madrid. No hay más. No hay otra receta posible. 

 Si en los futbolistas imperó el sentido común entre los finalistas, la FIFA incluyó la broma anual en los nominados a mejor entrenador. Nadie discute a Luis Enrique y Sampaoli, pero la sorpresa llegó con Guardiola... ¡Sí, Pep! ¡Guardiola, finalista del Balón de Oro! Por un momento se pensó que aparecería Davids con un ramo de flores y gritaría aquello de "inocente, inocente" tras anunciarse el nombre del técnico catalán. 

A pesar de contar con la plantilla más poderosa de Europa, Guardiola hizó el ridículo en la eliminatoria de Champions League ante el Barcelona. Fracasó de nuevo, al igual que el año anterior contra el Real Madrid, en el único objetivo que tiene el Bayern. En una Bundesliga sin rival gracias a fichar temporada tras temporada a los mejores jugadores de los equipos rivales, el club bávaro centra su propósito en el trono europeo. Además hizo el ridículo en la Copa y en la Supercopa alemana, ambos títulos ganados por un inferior Wolfsburgo. ¿Cuáles son los méritos entonces de Guardiola? Una Bundesliga venida a menos y en la que carece de rival para una pelea de largo recorrido. 

Sonroja la nominación de Guardiola si comparas la temporada del Bayern con la de la Juve, por ejemplo. Allegri conquistó en su primera temporada el Scudetto y la Coppa, quedándose a un solo paso del triplete. La Vecchia Signora, tras eliminar al Madrid de Ancelotti, devolvió al fútbol italiano a la élite continental. Sin premio para Allegri, pero el marketing manda. Incluso Mourinho, con la Premier y la Capital One Cup, merecía estar en ese podio por delante de un Guardiola que se ha convertido en un mero personaje publicitario e incluso político. El entrenador de éxito que un día fue queda atrás, muy atrás. En el Bayern va de fracaso en fracaso, mientras los hinchas del equipo bávaro añoran todavía a Heynckes.