La generosidad de un madridista como Del Bosque

Cada vez que habla Vicente del Bosque sube el pan. Ahora, como no podía ser de otra forma, la ha vuelto a liar, y en esta ocasión con la sede para la final de Copa. Ahora, en lugar de simplemente tirar balones fuera y no inmiscuirse en un tema que no le concierne, ha asegurado que lo que se necesita es ser generoso y no poner pegas. Vamos, hablando en plata, que el Madrid debería ceder su estadio para que Barcelona y Sevilla disputen allí la final por el mes de mayo.

Su razonamiento ha sido, "creo que hay ser flexibles y generosos para disputarla donde se crea conveniente y donde mejor les venga a los clubes". ¿Hay alguien que de verdad respalde a Del Bosque, o que siga pensando que es madridista? Nunca he visto a un exjugador y exentrenador tan resentido contra el club por el que ha sido alguien en el mundo del fútbol. Y mira que hay jugadores que han salido mal parados de sus equipos o entrenadores que ni han terminado su primera temporada en el banquillo, y aún así, están calladitos y no enmierdan. Si fuese madridista, sabría por qué ni presidente, ni jugadores ni afición quieren que la final de Copa sea en el Bernabéu. No es una cuestión de generosidad, sino de sentido común. ¿Le gustaría al Sevilla que el Betis jugase una final en su estadio? ¿O al Barcelona si el finalista es el Madrid? ¿Le gustaría a Boca que su estadio lo utilizase River, no digo ya para una final, sino para un simple amistoso? 

Cuando se le pregunta por el tema de Piqué y sus provocaciones, su respuesta es, "es algo de los clubes y no me voy a meter". Ni un tirón de orejas a un jugador que ha llevado la relación en el vestuario de España hasta el límite. Por supuesto, no se puede uno olvidar del desprecio a jugadores como Callejón, al que dejó de lado para que otros como Sandro o Munir, que tienen la misma experiencia en el fútbol profesional que El Sevilla en el flamenco. Pero eh, tranquilos que es del Madrid.

autor

David Marcos

Conmigo quién quiera, contra mí quién pueda". Un día me hice seguidor del Real Madrid y desde entonces he disfrutado de pasillos, carreras eternas hasta el banquillo para celebrar un gol o voleas gloriosas. Sin embargo, siempre queda en el tintero todo aquello que el tiempo no te ha dejado disfrutar. Por los que se fueron, que no volverán, pero jamás se marcharán.

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