Lisboa jamás tendrá revancha

El Real Madrid estará en la final de Milán. Se cumplen ahora solo cuatro meses de la llegada de Zidane como entrenador del primer equipo. Un ascenso merecido y al que el tiempo le ha dado la razón. Benítez dejó a una plantilla tocada futbolísticamente y hundida en el plano psicológico. El galo ha sabido en este tiempo alternar la mano izquierda con la derecha para lograr el equilibrio necesario no solo sobre el campo sino también en el vestuario.

Zidane es mucho más que una leyenda del Real Madrid. Es el héroe de la Novena y, tras conseguir como ayudante de Ancelotti la Décima, ahora puede lograr la Undécima como primer entrenador. Un nuevo sueño para el bueno de Zizou, que se retiró perdonando un año de contrato y al que ahora el fútbol le puede devolver lo que le quitó en aquel último partido como profesional en el Mundial disputado en Alemania. 

La eliminatoria contra el City quizá no fue de un fútbol exquisito, pero este Real Madrid no solo ha mejorado en el juego sino también ha recuperado el orgullo que pareció perdido en tantos encuentros durante la temporada. La Undécima ahora solo está a un paso y los blancos repetirán contra el Atlético en el duelo decisivo. Otra vez el eterno rival, otra vez un derbi y otra vez Simeone. Pero tranquilidad, porque pase lo que pase Lisboa jamás tendrá revancha. Aquella final ya corresponde a parte de la historia. Y sí, la ganó el Real Madrid. 

La de Milán será un nuevo partido en el que el conjunto blanco tiene que salir con las mismas ganas que aquella mágica noche en Da Luz. Da igual que el Atleti tenga ahora el colmillo retorcido y una herida profunda en el corazón. Hay que salir a jugar de nuevo porque Ramos ya saltó, Bale ya marcó y Casillas ya levantó aquella Champions League al cielo de Lisboa.