El estático ya no es un problema
Diez victorias y ninguna derrota suma ya el Real Madrid en este inicio de campeonato. Cinco triunfos en Liga y cinco en Euroliga, todos más que autoritarios y demostrando sus claras aspiraciones a alzarse con todos los títulos posibles. Todo lo está haciendo bien el equipo de Laso, pero quizás el mayor cambio que se ha visto respecto a la pasada campaña es la mejora del juego en estático.
La pasada campaña el Real Madrid mostró un baloncesto sensacional. Basando su juego en la intensidad y en las rápidas transiciones ataque-defensa y viceversa, el Madrid rozó el título de campeón de la Euroliga, además de alzarse con el campeonato liguero. Sin embargo, algo rechinaba en la maquinaria blanca: el ataque en estático. Slaughter es un jugador físico y agresivo, más no es un virtuoso del juego en el poste. Hettsheimeir no dio el nivel esperado y Begic destacaba en defensa más en ataque, donde no respondía como su importancia y salario requerían. Este fue el punto negro que sufrió el conjunto blanco a lo largo de la temporada pasada y que le pesó en exceso en momentos claves. El juego en el poste es vital para cualquier equipo que desee optar a todos los títulos, y en el Real Madrid eso no acababa de funcionar.
Bourousis y Mirotic, principales culpables de la mejora
Este año parece que Laso ha dado con la tecla, y los blancos son igual de fiables cuando atacan en transición que cuando lo hacen en estático. La llegada de Bourousis, todo un experimentado en los lares de la zona, y el ahínco que Mirotic ha puesto en desarrollar su juego interior, han hecho esto posible. El heleno llegaba al Madrid sin nada más que demostrar. Cualquier amante del baloncesto sabía de lo que Ioannis es posible, y así ha jugado en este inicio de temporada. Cuando el balón llega a jugador griego, los nervios pasan a un segundo plano. Bourousis decide siempre bien, realizando un pase hacia el perímetro o bien jugándose un uno para uno bajo el aro. La elección que tome 'Big Bou' estará bien tomada.
Mención aparte merece el jugador europeo con mayor futuro del mundo. Nikola Mirotic lleva ya cuatro campañas demostrando lo que se atisbaba desde su llegada a la cantera blanca, pero al inicio de esta campaña ha demostrado una clara mejora en un factor más que importante para su evolución, el juego interior. Cuando Niko recibe el balón en ataque siempre es un seguro de anotación, su mano de cara al aro es brutal y su manejo de balón no se queda atrás. Ahora cuando Mirotic recibe de espaldas al aro, su manual de movimientos se despliega sin par. Reverso, finta, salida cruzada o bandeja tras finta son solo algunos de los gestos que ha incorporado el madridista como algo natural.
La clara mejora del conjunto de Concha Espina en ataque les está haciendo un equipo imparable hasta el momento y que aspira a alzarse con todos y cada uno de los títulos que aún les quedan por disputar.