Mejri: comienzo repleto de adversidades
Salah Mejri fue el primer fichaje del Real Madrid de cara a la presente campaña. Pablo Laso no se lo pensó dos veces a la hora de lanzarse a por la contratación de un pívot de su estilo que confirmó en el Obradoiro las buenas sensaciones mostradas en los pasados Juegos Olímpicos, donde fue el máximo taponador.
El tunecino llegó al club blanco tras promediar en el conjunto gallego 12.2 puntos, 5.3 rebotes y 11 de valoración en los 20 minutos que disputaba por encuentro. Estos números fueron sus credenciales para su fichaje por un Real Madrid en el que Mejri está entrando poco a poco debido a los diversos problemas que le están afectando en sus primeros meses como jugador blanco.
Llegó muy cansado del Afrobasket
Uno de ellos fue el cansancio y el desgaste sufrido por Salah Mejri en el Afrobasket del pasado verano. Esto es algo que reconoció el propio Laso en alguna que otra ocasión. Así, el técnico madridista ha tenido que ir dosificando a su jugador en los primeros compases de la competición por este hecho. Seguramente, ese cansancio haya prácticamente desaparecido de un Mejri que se está encontrando con algún que otro escollo más a la hora de integrarse y disputar minutos.
La adaptación, algo normal para cualquier jugador
Una integración que lleva consigo su correspondiente periodo de adaptación al equipo. Y es que, no todos son Bourousis, que ha sido llegar y besar el santo. El tunecino ha tenido que acoplarse al estilo de juego que intenta transmitir Pablo Laso y sus correspondientes jugadas, esquemas y movimientos. Además, tiene que asumir un rol muy diferente al que ha desempeñado la temporada pasado tanto con el Obradoiro como con Túnez, donde era el auténtico líder y referente.
Competencia brutal en la pintura
Ahora, en el Madrid eso es algo inviable. Lo primero por el sistema de juego, basado principalmente en el juego exterior, y lo segundo, por la competencia en la pintura. Una zona en la que Mejri comparte posición con otros dos center y dos ala-pívots. El griego Bourousis es el pívot titular del equipo en una rotación en la que también un enorme Slaughter está por delante de él. Mucha calidad para un solo puesto.
Poca experiencia antes de llegar a la élite
Por último, hay que destacar que la progresión y el ascenso de Salah Mejri ha sido tal que en tan solo tres años que lleva de profesional ha sido capaz de llegar a un equipo de la talla del Real Madrid tras un año en África y otro en el Obradoiro. Esto hace que el pívot se encuentre en una situación que pueda sobrepasarle al estar en uno de los equipos más exigentes del continente y que está llamado a ganar todos los títulos. En definitiva, paciencia con un jugador al que ganas no le faltan y que siempre que sale lo hace para sumar.