El fútbol no entiende de justicia
El Real Madrid Castilla viajaba a Alicante con la obligación de que tanto los goles como los puntos empezaran a llegar después de dos jornadas en blanco. Pero a la tercera, y por fútbol no fue, tampoco llegaría la vencida. El filial saldría derrotado de un partido en el que se mereció mucho más.
Presión, presión, presión y más presión. Con esas premisas salieron los pupilos de Toril a un Rico Pérez medio vacío y que rápidamente mostraría su desagrado con los primeros minutos de su equipo. Unos primeros minutos en los que el Castilla se sintió como en casa. Eran los dueños del partido. El control del balón pasaba por el centro del campo madridista que, comandado por un Borja García inmenso, empezaría a fabricar fútbol rápidamente.
De esa circulación de balón, que corría de banda a banda, comenzaron a aprovecharse Lucas y Femenía, que empezarían a inquietar, suavemente, a la zaga de un Hércules que veía cómo la presión castillista le impedía oler la pelota. Pero pronto despertarían los de Quique Hernández. Y, tal y como le ocurriera al Castilla en jornadas pasadas, su buen juego no tendría recompensa alguna.
Más bien lo contrario, era el equipo rival el que se llevaba el gato al agua. En el minuto 15 llegaría la primera para los locales y comenzaría el recital de Pacheco que, con un paradón a un remate de cabeza, evitó el primer gol herculano. Tras este primer aviso, el Hércules se creció y el Castilla fue bajando la intensidad, igualándose así el choque.
La siguiente ocasión de peligro llevaría color blanco y el nombre de Óscar Plano. El delantero no aprovecharía un maravilloso pase de Borja, que dio todo un recital de clase y fútbol en los primeros 45 minutos. El Castilla volvía a tomar los mandos ante un Hércules que repartió de lo lindo a los hombres de Toril. Y uno de los damnificados de la dureza local sería Llorente.
El lateral derecho castillista tuvo que ser sustituido por un codazo en el minuto 33, entrando Jaime en su lugar. Un cambio que haría mucho daño a un filial madridista que, sin tiempo a recolocarse en defensa, recibiría el primer gol. Edin, con un gran disparo tras un recorte, rompería la igualada en el 34'. Antes, Pacheco volvería a lucirse con un paradón a mano cambiada.
Una expulsión que cambia el partido
El gol de los de Quique Hernández no cambió nada en el partido y Plano la volvería a tener en sus botas, pero su flojo disparo apenas inquietó a Falcón. Y en el descuento, cuando moría la primera parte, el partido daría un giro de 180º. La dureza del Hércules volvería a ser protagonista, aunque esta vez les costaría cara. Borja Gómez zancadilleó a Plano cuando este se disponía a encarar a Falcón.
Amarilla, la segunda, y expulsión para el que fuera canterano del Madrid. Pero la desgracia para los locales no se quedaría ahí. La falta al borde del área sería el prolegómeno al fin de la sequía goleadora del Castilla. Casado, en el 46', ejecutaría la falta de forma magistral con un zapatazo que se coló por la escuadra derecha de la meta defendia por Falcón. 1-1, descanso, y primer gol oficial en la temporada.
Tras la reanudación, Quique Hernández recolocaría a su escuadra. Hervás y Dioni entraron sustituyendo a Portillo y Yuste. Toril, por su parte, también quiso dar aire al equipo y en el 52' dio a entrada a Omar por José Rodríguez. Mientras tanto, el Castilla seguía avanzando metros ante un Hércules que renunciaba al balón.
Los de Toril se seguían gustando , tocando y tocando hasta abrir huecos y generar ocasiones. Derik, con un cabezazo, tuvo la primera de la segunda parte, y más tarde Plano a punto estuvo de llegar a un pase largo para plantarse delante de la meta local. El Hércules, con tímidas contras, trataba de llegar. En el 71' pudo dar la sorpresa tras un lanzamiento de esquina.
Asedio sin premio
Sería un mero espejismo y Borja tuvo el segundo en su cabeza, pero su remate se estrelló con la madera. El Hércules se encerraba en su campo, donde permanecían todos sus jugadores intentando mantener a un Castilla que a base de tocar y tocar no hacía más que rozar el gol. Para logarlo, Toril decidió, a falta de 15 minutos, cambiar sus delanteros metiendo a Sobrino en sustitución de Plano.
El cansancio empezaba a hacer mella en los jugadores de ambos equipos. El Castilla parecía desgastarse al no encontrar la recompensa que tanto merecía y algunas pérdidas en el centro del campo pudieron costarle caro a los canteranos madridistas. Así iban pasando los minutos y la muralla del Hércules era cada vez mayor pero el Castilla encontraba huecos. Sobrino tendría su primera oportunidad en el minuto 83' pero al ser arrollado por Pamarot, no conectó bien el disparo, que se marchó alto.
Pamarot sorprende al Castilla
La injusticia del fútbol se haría presente en el Rico Pérez. Pamarot, que minutos antes cometió un penalti que se tragó el colegiado, adelantaría a un Hércules que renunció por completo al fútbol en la segunda mitad. Corría el minuto 86 de partido cuando el central francés remataba una falta botada desde la banda derecha para poner por delante a los locales.
Tras el gol, Javi Hervás tendría en sus botas la sentencia para el plantel herculano, pero su disparo se marchó rozando la escuadra de la puerta castillista. Y a partir de aquí el Hércules jugó a que no se jugara. El Castilla lo intentó, pero las constantes interrupciones harían imposible que el juego fructificara. Al final, injusta derrota y tercer tropiezo para los de Toril.