Suma y sigue
El Real Madrid Castilla sumó un nuevo punto en su carrera por la salvación tras empatar sin goles ante la Ponferradina en su visita a El Toralín. Tras una floja primera parte, el equipo blanco se mostró más ambicioso en la segunda mitad ante un rival bien colocado que se asomó con peligro al área defendida por Pacheco.
Igualdad en la primera mitad
Ninguno de los equipos consiguió hacerse con el control de un partido muy trabado y sin apenas juego en las áreas. El conjunto berciano fue el más activo de la primera mitad liderados por un participativo Javi Lara y obligando a Pacheco a salvar el primer tanto local con una parada decisiva.
La buena colocación sobre el campo de los hombres de Claudio Barragán impidió al filial blanco desarrollar su juego y conectar con el frente de ataque. Sin embargo, el cuadro madridista dispuso de la mejor ocasión de los primeros 45 minutos tras un fallo de Dinu en el despeje, que terminó en las botas de Raúl De Tomás quien no supo aprovechar la portería vacía y remató desviado.
Despierta el ataque
Tras una primera parte plana y con total ausencia del juego vertical del equipo blanco, los de Manuel Díaz salieron con más intensidad tras el paso por vestuarios. Lucas Vázquez y Jaime Romero, que entró sustituyendo a Burgui en el minuto 54, pusieron velocidad al ataque madridista, que comenzó a crear peligro sobre la meta castellanoleonesa.
El conjunto visitante comenzaba a hacerse con el control del partido y en el minuto 72 llegó la ocasión más clara del partido. Medrán botó una falta desde la frontal para que Cabrera conectase un cabezazo directo al palo de la portería de la Ponferradina. Era el aviso más importante del equipo blanco, que confirmaba el dominio mostrado en los primeros compases de la segunda mitad.
A esta jugada respondió el equipo local nueve minutos después, cuando a través de un disparo ajustado de Yuri bien taponado por un sensacional Pacheco contrarrestaba el peligro madridista. En los últimos minutos, el equipo berciano volvería a llevar el peligro en una jugada embarullada que terminó con Omar Mascarell despejando un balón en la línea de gol.
Un punto de oro