El comodín de Zidane para el derbi: ¿se lo ha ganado?

Tras haber vivido la semana más gloriosa de la temporada en Valdebebas, toca retomar el pulso a una Liga descafeinada. El Real Madrid no debería obnubilarse por la tormenta de elogios recibidos desde el pasado martes hacia el club y hacia el buque insignia y leyenda del mismo: Cristiano Ronaldo.

Pese a la carencia competitiva que adquirió el campeonato doméstico desde hace unos cuantos meses para los blancos, llega un derbi en el momento más inmaculado de los dos clubes de la ciudad a estas alturas de campaña. El Atlético de Madrid es 2º en la tabla a 9 puntos del liderato y tiene pie y medio plantado en las semifinales de la UEFA Europa League tras deshacerse sin excesivas dificultades del Sporting de Lisboa en el Wanda (2-0). Por su parte, el Real Madrid llega lanzado tras cumplir con nota en la única competición en la que aún continúa vivo. No cabe duda de que, si el club de Concha Espina se hubiese impregnado del gen competitivo que desplegó en París y Turín, la situación en las competiciones nacionales sería bien distinta.

Un derbi siempre es un derbi. El Bernabéu acoge un partido entre vecinos y el conjunto local no conoce lo que es salir victorioso del mismo en competición liguera desde el 1 de diciembre de 2012, cuando doblegaron a los colchoneros por 2-0 con goles de Cristiano Ronaldo y Mesut Özil. El domingo será una oportunidad de oro para taponar la hemorragia que ‘el Cholo’ ha provocado en los últimos años en suelo madridista. Para la ocasión, Zidane contará con ‘el plan B’ prácticamente en su totalidad mirando de reojo a la visita juventina del próximo miércoles. El francés no se fía pese a la sideral ventaja en la eliminatoria, y hace bien.

Gareth Bale será uno de los líderes el domingo. Superado por el excelso estado de forma de un Lucas Vázquez aguerrido y correoso en la competencia por el puesto, buscará reivindicarse. La victoria en Turín dejó héroes inexorables como Cristiano Ronaldo y Keylor Navas, principales pilares que sostienen al Madrid en los últimos años. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y el madridismo también señaló con el dedo.

El galés del Real Madrid permaneció inmóvil en el banquillo del Juventus Stadium. Palmadas esporádicas ante las obras de arte de su homólogo luso sobre el verde fueron las únicas muestras de alegría y apoyo a su equipo en el partido más importante de la temporada, en contraposición con las exultantes muecas de compañeros como Kovacic o Theo.

Muchos madridistas mostraron su indignación por la apatía y frialdad de un jugador que acumula ya 5 temporadas en el barco, e incluso mostraron su deseo de que Gareth Bale no vuelva a enfundarse la elástica blanca. Sin embargo, muy probablemente será de la partida ante el Atlético. La cuestión es: ¿se lo ha ganado?