El que calla, otorga: Cristiano tiene que manifestarse, debe un respeto a la afición blanca
Cristiano tiene lo que quería. En la entrevista de la pasada madrugada del lunes al martes, Florentino Pérez, reelegido como nuevo presidente en su quinto mandato, habló en profundidad sobre el Real Madrid en el transistor de Onda Cero, y cómo no, sobre el asunto con mayúsculas en el conjunto blanco: la filtración de A Bola de que el astro portugués está harto y quiere marcharse. Según el medio portugués, Ronaldo, condicionado por su característico insaciable ego que ciega su percepción de la realidad, quería una defensa a capa y espada de su club, a la altura de la que hizo el Barça por Messi ("Todos somos Messi"). Además se siente maltratado por Hacienda, ya que niega el delito, algo que no hizo Messi. Y por los medios españoles, que cree que se han 'fumado' la presunción de inocencia.
El caso es que Cristiano, cegado por su ego, ese que tanto le da en el campo y que tanto le quita fuera, está entre la espada y la pared. Su silencio perpetúa la angustia de los madridistas, que ven en su postura una infidelidad en su, teórico, idílico matrimonio con el Madrid. Algo que está mermando la relación con las gradas del Bernabéu, cada vez más desencantados con su jugador fetiche por sus continuos 'feos' y hambrientos de un ídolo que supure madridismo incondicionalmente. Asensio y Mbappe viene pisando fuerte y Cristiano sabe que está ante el último arreón de su carrera. El matrimonio no está roto. Todas las parejas tienen discusiones que avivan la llama de la relación, y el portugués no es ajeno a ello. Encaminado a su quinto balón de oro, sabe que tiene mucho que ofrecer todavía al madridismo. Aunque lo que desconoce es que el Madrid es más grande que ningún ser humano, que no espera a nadie, incluido un semi androide como el astro nacido en Madeira. Sin embargo, cada día que pasa y Cristiano no se manifiesta, el puñal se hunde más hondo en el seno de la familia madridista. Una afición loca por el Real Madrid, y por el mejor jugador de su historia. Los dos saben que el adiós puede ser traumático para ambos, pero el tiempo todo lo cura,
Florentino, parte mediador en este conflicto, actuó de bombero intentando sofocar unas llamas ante las que Butragueño, lenguaraz diplomático, había huído en una fea maniobra al pasar la patata caliente al presidente. Según el entorno cercano a Cristiano, el gesto del presidente ha gustado mucho al portugués, que quiere sentirse arropado ante las marchas de su círculo más cercano: Pepe, Coentrao y James. Ronaldo ya lo dijo, "a veces estar callado es la mejor respuesta". Ahora la decisión no tiene marcha atrás y el perdóns se pagará a precio de diamante. El que calla otorga y Cristiano juega con su futuro y con las ilusiones del madridismo. Pero esta vez no Cris, la afición no se merece un silencio que está resultando perturbador y dañino para la entidad. Manifiéstate, por la salud del cub y de los que lo sostienen, sus aficionados.