Giras de Pretemporada: baño de multitudes, horas de vuelo y poco toque de balón
Quién iba a decir que un viaje mal organizado del Manchester United a Kuala Lumpur en 1995, cargado de parafernalia y recepciones, iba a cambiar las pretemporadas de los equipos para siempre. Los diablos rojos se plantaron en el otro extremo del mundo para darse un baño de masas que nadie esperaba. Con tanto viaje y acto protocolario, los de Sir Alex Ferguson no pudieron apenas entrenarse y el acondicionamiento y la puesta a punto física brilló por su ausencia, un periplo que fue un desastre en lo deportivo para los ingleses. Pese a ello, la Glamoir Invitational Cup, que consistió en jugar un par de partidos frente al Selangor, el equipo más laureado de Malasia, fue un éxito en lo comercial, 50.000 espectadores asistieron a las gradas del primer encuentro, un hito que hacía entrever el filón económico y lucrativo de las giras por el extranjero.
Gracias a este viaje se descubrió una nueva forma de hacer fortuna, una nueva forma de entender el verano. Un modelo que cuando Florentino Pérez alcanzó la presidencia a inicios del milenio, introdujo en el conjunto blanco. Las giras del Madrid de los Galácticos por Asia eran los primeros pasos de la expansión económica de los merengues, de la difusión global de la marca Real Madrid.
El conjunto de Zinedine Zidane ha finalizado su stage por Estados Unidos, siendo el enésimo año en el que los blancos se pasan el verano de avión en avión, dedicando más tiempo a compromisos con patrocinadores y actos publicitarios que entrenando y tocando balón. Ya quedaron en el olvido aquellas pretemporadas en Suiza, Irlanda u Holanda, donde todo giraba entorno a la preparación física y se jugaban partidos contra equipos de la segunda o tercera división local con el objetivo era calentar motores para la temporada.
Las giras por América y Asia han revolucionado las pretemporadas de los equipos, la tranquilidad de hace unos años ha sido sustituida por complejos viajes y múltiples horas de vuelo. Unas tournées que reportan beneficios económicos al club pero que perjudican en la preparación física del equipo. Una falta de puesta a punto que se ha visto en los amistosos de los blancos esta pretemporada.
La gira americana ha sido un baño de multitudes para el Real Madrid. La pasión que levantan los blancos es singular y espectacular, y cómo viven el Sentimiento Madridista los aficionados americanos y las Peñas estadounidenses es asombroso y admirable. Esos seguidores merengues también se merecen ver a sus ídolos y el encuentro entre fans y jugadores es la nota positiva de estas giras.
Las inauguraciones de restaurantes y los actos promocionales en tiendas deportivas son eventos que proporcionan ganancias comerciales al club y ayudan a la expansión de la marca Real Madrid, pero que distraen del verdadero objetivo de la pretemporada, ponerse a punto físicamente para el próximo curso. Lo blancos han cerrado su pretemporada en Estados Unidos sin haber podido mostrar su poder ofensivo y con ciertas dudas sobre la capacidad defensiva del equipo. Unos encuentros, unidos a la falta de fichajes de renombre, que dejan a los aficionados con ciertas dudas sobre la plantilla y si los actuales jugadores están preparados para la disputa de los primeros trofeos.
También debemos recordar que la temporada blanca finalizó el 3 de junio en Cardiff con la consecución de la Duodécima, y el nuevo curso se inicia el próximo martes día 8 con la celebración de la Supercopa de Europa en Skopje, Macedonia. Mientras que el resto de equipos finalizan a mediados de mayo e inician la temporada a finales de agosto, los merengues deben descansar, desconectar, recargar pilas y prepararse físicamente en la mitad de tiempo. Un calendario que muestra que los futbolistas del Real Madrid tienen un nivel de demanda física y mental que no hay en otros clubs. Una agenda exigente que se puede volver peligrosa si no hay una preparación correcta.
La Supercopa de Europa y de España dictaminaran si la gira ha sido perjudicial para el futuro rendimiento del equipo blanco y si quizás se debería valorar volver a las pretemporadas de auténtico acondicionamiento físico, con sesiones de mañana y tarde, que a los jugadores les venían de perlas para aguantar casi a tope toda la campaña y evitar lesiones. Un rodaje que les permita estar a punto para el inicio de la dura temporada con garantías de éxito y que se conseguía en el terreno de juego, no volando miles de kilómetros o en las salas de espera de los aeropuertos.