Las cuatro fases del Real Madrid: frío, relajado, ansioso y enajenado. Zidane, errático y desangelado

21.09.2017 11:20 de Pipe Olcina Twitter:    ver lecturas
Las cuatro fases del Real Madrid: frío, relajado, ansioso y enajenado. Zidane, errático y desangelado
Bernabeudigital.com
© foto de J.M.Colomo

Duele y mucho ver así al Madrid en la tabla. Miras arriba, ni rastro. En Zona Champions, ni rastro y en Europa League, tampoco. El conjunto de Zinedine Zidane lo encontramos en la séptima plaza con 8 puntos, uno menos que su rival de ayer, el Betis de Quique Setién que cierra la última plaza que da acceso a la competición europea. Cinco jornadas y ya son siete puntos de diferencia con el FC Barcelona, la cruda realidad que toca remontar en un equipo que parece haber perdido conceptos básicos y jugadores lejos de su mejor nivel.

Los errores de Zidane: De anoche, lo más decente de los blancos fueron su portero y el primer cambio de Zidane. Keylor mantuvo vivo al Madrid hasta el final, empujándole constantemente hacia arriba en busca de épica, el costarricense se mantuvo firme en cada embestida del Betis desde el inicio hasta el final y solo en el descuento se vio superado por una jugada para enmarcar del conjunto andaluz, donde participaron todos los jugadores de campo menos Mandi y Sanabría remató ante el despiste de los blancos. ¿Modric? Incomprensible que fuera el primer cambio. Fue el más destacado con diferencia en la primera mitad, subiendo marchas con balón, rompiendo líneas y llegando. Pero sin saberlo ni quererlo, la afición tuvo que despedirlo antes de hora. Con los cambios fue tal el lío que por un momento el Madrid estuvo en el campo con hasta 12 jugadores. La lesión de Marcelo trastocó los planes del entrenador o eso creo, pero la entrada de Lucas y Mayoral quitando a Isco y Modric dejó un Madrid sin racocinio, enajenado en buscar el centro lateral. Y ayer nadie pudo con Adán.

Las cuatro fases del Real: Duele, pero es la realidad. El Madrid es décimo séptimo en la tabla si contamos los partidos como local. No ha ganado en casa desde que arrancara la temporada. Su peor comienzo liguero en el Bernabéu desde hace 20 años. Dos puntos tras tres partidos. Levante, Valencia y Betis. Y con balance negativo (tres goles a favor y cuatro en contra). Y sí, en todos los partidos en el Bernabéu el Madrid sucumbió por cuatro fases que acabaron por dejar al equipo sin el gol y sobre todo sin los tres puntos.

Frío: Entra al Bernabéu como si fuera pleno invierno y todos llevaran guantes y calentadores en las piernas con las bolas de nieve recogidas en las esquinas. Agarrotado, sin ideas y dejando crecer al rival en campo contrario.

Relajado: El mayor tramo del partido. El Madrid produce y no por juego, sino porque tiene un arsenal ofensivo, sin orden pero con muchas variantes aunque a día de hoy no muy efectivas. Balón a la espalda para Bale, llegada por banda. Modric en el balcón del área o el tan utilizado centro lateral. Se produce y nadie se preocupa, ya llegará...

Ansioso: Visto que no llega, que el rival se asienta y los minutos pasan. Entran los cambios, uno de ellos siempre Lucas Vázquez pegado a línea de cal y buscando el centro lateral. Y saltan y saltan y saltan y nadie remata. Un recurso que fue bueno, pero que ha dejado de ser efectivo. Ayer, el Madrid ¡¡¡metió 46 centros al área!!! 

Enajenado: Del 85 al 94 y cada vez siendo conscientes que lo de Ramos el curso pasado fue un milagro. El rival ya no mete defensas sino que como Setién mete jugadores para adueñarse del balón y buscar la victoria. El Betis ayer fue consciente que podía rascar y vaya si lo hizo. El Madrid enajenado presiona sin cabeza con la mayoría en campo contrario. Las ocasiones dejan de sucederse y los otros hincan el diente. 

Carvajal y Marcelo (uno desconocido y otro lesionado) han dejado de rallar a un nivel alto. El Madrid sobrevive y mucho de sus laterales, los que mejores cuelgan los balones y anoche fue un partido para olvidar en ese sentido (y muchos más). Modric animaba a los demás, pero Zidane decidió que no lo hiciera más. El francés se equivocó con los cambios y las salidas del croata e Isco. Ya ocurrió ante el Levante, varios aficionados le recriminaron su falta de acierto con el once y a posterior con la tardía de los cambios. Al final, un Madrid sin cabeza que no siempre puede tirar de épica, ahora pide tranquilidad, la misma que no tuvo ayer en los minutos finales y no digo para empatar, el Madrid siempre tiene que ir a ganar, sino para saber gestionar mejor las jugadas de ataque, empezando por dejar de acusar tanto el centro lateral y una mejor gestión desde fuera de la línea de cal, sí, empezando por Zidane.