Los padres de la Décimotercera son Lucas y Asensio: te sorprenden, te protegen y luego te empujan

26.04.2018 15:20 de  Pipe Olcina   ver lecturas
Los padres de la Décimotercera son Lucas y Asensio: te sorprenden, te protegen y luego te empujan
© foto de J.M.Colomo

Sin hacer ni mucho menos el mejor partido que se le recuerda a este equipo, el Madrid ya ha puesto un pie sobre Kiev. Ganar en Múnich por 1-2 sin desplegar el mejor fútbol está al alcance de muy pocos. Neutralizar a PSG, Juventus y Bayern también. Los franceses no habían perdido en toda la temporada en casa hasta que llegaron los blancos y pusieron patas arriba el Parque de los Príncipes. La Juventus sólo había perdido 1 de sus últimos 74 partidos en casa, hasta que llegó Cristiano y cía para atestar un contundente 0-3 y acabar siendo aplaudidos por la afición local. Anoche, el Madrid llegaba a un Allianz Arena dónde el Bayern no había perdido en toda la temporada y en dos chispazos, la victoria se puso blanca por 1-2. Desde 2014, el Bayern ha perdido tres veces en Champions jugando como local, las tres veces contra su bestia negra en la historia moderna, el Real Madrid.

Zidane, una vez más, volvió a manifestar su maestría y sobre todo su liderazgo detrás de la línea de cal. Sentó a Benzema para que le hiciera compañía a Gareth Bale. Saco de inicio a Isco para luego cambiarlo por Asensio, y este con temple y eficacia hizo el 1-2. Otro acierto que le hace sentir muy de cerca la final de Kiev. De conseguirlo, el Madrid llegará a su tercera final de manera consecutiva. En todas las finales, más allá del punch de los blancos, el acierto de Cristiano o el nivel sobresaliente de la mayoría, se recuerda un acierto en la táctica de Zidane: la posición de Casemiro en la Undécima, la figura de Isco en la Duodécima y ahora acaben llegando o no, la levanten o no, será la Champions de la pareja, de Tango y Cash que dice Arbeloa, de los padres que apunta servidor, de Lucas y Asensio.

¿Por qué los padres? Porque han guiado a este Real Madrid que empezó la temporada sim rumbo y con la pérdida de eficacia en todos los sentidos. Esta Champions lleva la firma de uno y otro. Ante PSG, Juventus y ahora Bayern, la pareja ha aparecido en cada uno de los momentos cruciales. Su titularidad en París fue la sorpresa, obra de Zidane pero asentamiento de la meritocracia. Respondieron a las expectativas y ellos gestaron la jugada del 0-1 para poner fin a la eliminatoria. Contra la Juventus fue la protección, después de un 0-3 que parecía enterrar a los italianos, los de Allegri no se rindieron y con 0-2 al descanso en el Bernabéu comenzaron a creer, entonces a más de uno le temblaban las piernas. Fue ahí cuando Zidane apostó por dar entrada a uno y otro para reforzar las bandas que estaban siendo una verbena. Con la llegada de la pareja, el Madrid se rehizo, disfrutó de ocasiones y el gol acabó llegando en el último suspiro. Zidane quiso dar minutos a otros en una eliminatoria que parecía sentenciada y tuvo que acabar llamando a sus hombres de confianza. Por último, Múnich. Un Madrid sin continuidad, sin apenas ocasiones y al que le llegaban una y otra vez por bandas, sufrió más de la cuenta hasta que los padres decidieron gestar un contragolpe maestro para poner el 1-2. Robo, empuje, coordinación, velocidad, temple y eficacia. Los padres te sorprendieron con el viaje a París, te protegieron cuando sudabas frío, y ahora que no había acierto y todo eran dudas y desesperación, te empujaron, otra vez, hacia el éxito. Hombres que se han ganado la confianza de Zidane y que merecen -en caso de llegar- más que nadie la titularidad en Kiev. Esta Copa lleva el nombre de los dos.