Mis adorables vecinos ahora sienten vergüenza de la victoria y consideran la derrota más digna y valiosa

¿A dónde hemos llegado? Las vitrinas no se llenan con orgullo ni con voces. El #Nolopuedenentender es el fracaso llevado a las redes. Un popurrí de valores de los que presumen y no ostentan. Ya lo dijo el capitán: "Los valores se tienen o no se tienen pero no se muestran". La historia no recuerda un estadio lleno o un mensaje populista. El fútbol, antes que nada es un deporte y en lo deportivo, no hay nadie más competitivo que el Real Madrid. El fútbol por egoísta, práctico y simplista recuerda a los campeones.

No les voy a mentir, el fútbol mucho tiene que ver con el aficionado. Cada aficionado representa la historia de su club. El Atlético es pasional, visceral, va más allá de la pelota. Así ha crecido y así seguirá. Pero siendo elogio también es perjuicioso. Avisó Simeone: "Tengo que encontrar un once que se equilibre entre lo competitivo y lo emocional". Llegados a este punto y siendo eliminados cuatro años consecutivos por el mismo rival, uno no puede orgulloso y mucho menos contento. Lo emocional afecta y a veces te confunde. El último partido en el Calderón, los sueños húmedos de una semana pensando en la remontada como el idílico prólogo a los mejores años de la entidad, confunden al aficionado con la valoración final. 

Aquel equipo liderado por Simeone e ideado por el Sabio, Don Luis Aragonés tenía un lema por dóquier: "Ganar, ganar y ganar". Aplastó al Barça, al Bayern tanto en el Calderón como en Alemania, al Chelsea a orillas del Bridge y otros muchos que no recuerdo de envergadura similar. ¿Por qué? Por fútbol y por ideas. Ayudó la afición, indudable. Pero el límite de este superequipo está a unos metros de distancia, al otro lado de la capital, es la peor pesadilla y no lo quieren aceptar.

Los vecinos de la capital ahora sienten verguenza de la victoria y consideran la derrota más digna y valiosa. Axel Torres, periodista de Bein Sports, explica y de manera excelente que lo normal es perder y más en un deporte donde siempre tienes un oponente enfrente y van saliendo dificultades. La época dorada de un Atlético ultra competitivo no tiene broche ni certificado de excelencia. Hay Liga pero no Champions y todo por un vecino que supo separar lo emocional de lo deportivo. A veces, conviene dar un paso atrás para dar dos pasos hacia adelante. Rectificar es de sabios, el mismo que puso la primera piedra de todo esto.