Nunca es suficiente

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Sin lugar a dudas, si no existiese ningún tipo de discriminación hacia la figura de la mujer, hoy no celebraríamos su día. Se reivindica su lugar en el mundo, equitativo al de cualquier hombre, porque el género no debe suponer una ventaja o inconveniente en materia de oportunidades.

El planeta no se sostiene sin el esfuerzo de mujeres y hombres. Aquella bochornosa y anticuada percepción del hombre luchando fuera por un mejor futuro y la mujer infravalorada dedicada a la casa y a la concepción de hijos debería ser un estigma inaceptable en nuestros días. El coraje femenino ha demostrado su valía e independencia a lo largo de la historia, aunque la censura haya imperado para prorrogar un estado patriarcal.

En materia deportiva, la mujer ha conseguido mayor repercusión y amparo por parte de los medios. Competiciones como la Liga Iberdrola femenina están más presentes que nunca en nuestros días, pero no todos los esfuerzos son suficientes. Ha de ser más común y se ha de normalizar la inclusión de la mujer en el mundo del deporte y concretamente en el mundo del fútbol, con directivas, árbitras o entrenadoras. Nunca es suficiente.