Puede estar Cristiano, deslumbrar Isco o salvar Ceballos, pero falta lo más importante para salir adelante

25.09.2017 00:02 de Pipe Olcina Twitter:    ver lecturas
Puede estar Cristiano, deslumbrar Isco o salvar Ceballos, pero falta lo más importante para salir adelante

El Real Madrid volvió en Mendizorroza por la senda de la victoria. Lo hizo en un partido que no tuvo fase creciente ni decreciente. El conjunto blanco fue a mejor cuando Isco más se acercó a los metros finales con el balón controlado, luego fue Ceballos el encargado de materializar cara a puerta y mientras Cristiano lo siguió intentando. Pero no hubo garra, ni ritmo, ni nadie que la quisiera tomar con el Alavés después de lo ocurrido en casa ante Levante y Valencia, respectivamente.

No hubo un Madrid mejor, solamente un hombre diferente que quería ganarse el puesto. Es ser, saber y querer la fórmula de los mejores y Ceballos la tiene metida en la cabeza desde hace meses. Vino al Madrid porque en su interior sabía que podía ser titular en este Madrid supercampeón, rechazó al Barça para triunfar en el mejor y aún conociendo ya la banqueta, sale al campo con la misma osadía que el primer día, sin miedo a fallar, seguro de sí mismo y con el hambre intacta. 

Hambre que parece que en algunos parece haberse dispersado. El Madrid siempre quiere más, Zidane asegura que sus jugadores quieren más, pero no se demuestra sobre el campo. Partidos malos los hay todos los años, el peor arranque como local en los últimos 20 años de vez en cuando puede pasar, sobrevivir sin Crisitano y que salga mal es lo más normal, pero que el Madrid después de ser empatado en Vitoria no muestre síntomas de dolor ni de furor con el 1-2...es preocupante.

El 1-2 de Ceballos en Vitoria hizo a más de uno levantarse del sillón. El utrerano se lo decía a la cámara, bajito y suave, que apuntaran su nombre, pero el resto poco o nada lo celebraron. Nadie fue a avalanzarse sobre Ceballos. No había dolor, ni heridas que curar. Fue una sensación un tanto extraña, por no comentar el final. Un partido loco con un Alavés motivado y concienciado de que podía rascar. Los mismos síntomas tuvieron Valencia y Betis jornadas atrás. El Madrid roto y el rival 'in crescendo'. Para recortar y empezar a crecer, tiene que haber dolor. Los goles son heridas curadas y sino que se lo pregunten a Dani Ceballos, el chico que nunca se rinde.