Un susto que rozó el ridículo y un penalti polémico y decisivo

El Real Madrid estará el próximo viernes en el sorteo de las semifinales de la Champions League por octavo año consecutivo. Tras el 0-3 de la ida, muchos pronosticaban un mero trámite. La cosa no iba a resultar precisamente sencilla. Mandzukic asestaba dos duros golpes en la primera parte. 

Los contratiempos que acontecían en el partido atenazaron a los jugadores del conjunto blanco. Un partido infame. Muchos jugadores estuvieron muy por debajo de su nivel. Zidane se equivocó en su apuesta inicial y en el descanso se demostró con el doble cambio que tuvo que realizar. Hacían falta ayudas por los costados de manera urgente. 

El pánico se había apoderado del Santiago Bernabéu, pero eso no justificaba la mala actuación de un equipo que, por momentos, parecía abocado a la eliminación. Zidane habla de su positividad y de que en ningún momento se vio fuera, pero el sentir era bien distinto. El ridículo del Barcelona parecía que podría repetirse 24 horas más tarde, pero, finalmente, con un desenlace distinto. Estaban más que avisados. A pesar de ello, en lugar de saltar al césped con las orejas tiesas, lo hicieron con un exceso de confianza. Por su parte, la Juventus confió en la gesta desde el primer instante. El marcador y el paso de los minutos eran combustible para unos jugadores que se exprimieron en busca de un imposible.

El Madrid, como en otros momentos de la temporada, ha jugado con fuego. Otras veces, terminó quemándose como sucedió ante el Leganes en Copa del Rey. Lo de anoche debería de poner en alerta a a todo el vestuario. La Champions League es la única bala que les queda. El miedo bloqueó al vigente campeón. Una enseñanza que debería de aplicar en busca de una decimotercera ‘orejona’ que rescate un temporada que ayer pudo ser desastrosa

La polémica, ligada al momento decisivo

En el último suspiro, sin margen para la reacción. La acción polémica de la noche terminaría por marcar la eliminatoria. Es justo, pero penalti. Escuece a muchos y más con el Barcelona eliminado, esa es la pura realidad. El empujón de Benatia es evitable e impide rematar a Lucas Vázquez. Por lo tanto, pena máxima. 

Cristiano Ronaldo, infalible

No era sencillo. Toda la presión recaía sobre el luso en un momento clave. Las reiteradas protestas de los jugadores del conjunto italiano hicieron que tardará una eternidad en lanzar el penalti. Una vez más, demostró que en las grandes citas habitúa a no fallar. Un héroe que gracias a sus goles mantiene al equipo en la máxima competición continental.