VAR, una herramienta aún verde que no acaba con el eterno antagonismo entre beneficiados y perjudicados
El intervalo intersemanal nos ha dejado una tregua tras el chaparrón de críticas hacia el VAR que se gestaron en las últimas semanas. Y es que en muchas jugadas, lejos de haber conseguido poner punto y final a la polémica, se ha producido un efecto rebote. El técnico del Valladolid, Sergio, se ha quejado amargamente en reiteradas ocasiones sobre la incorrecta disposición de la herramienta que llegó para frenar la hemorragia de quejas hacia el colectivo arbitral, erradicar según qué pensamientos y para acabar en la medida de lo posible con las injusticias deportivas. Otros ejemplos como el gol en fuera de juego de Canales ante el Madrid, un polémico penalti en las postrimerías del Athletic-Girona, un gol anulado al Getafe ante el Barça o la falta de Suárez a Cuéllar que supuso el 2-1 cuando el cuadro culé estaba contra las cuerdas han sido jugadas que han vuelto a despertar las suspicacias para poner en pie de guerra a muchos clubes y aficiones.
Los cantos de sirena previos a la implantación del VAR ya avisaban de que no sería una herramienta perfecta. Sin embargo, los cuatro únicos supuestos en los que interviene tampoco ayudan a que lo sea. Si un saque de banda es concedido erróneamente y la jugada no es susceptible de revisión porque no se encuentra dentro de los supuestos que se contemplan y la jugada acaba en gol, ¿por qué no pueden intervenir desde el VAR si visualizan todo el partido?
Para que el VAR pueda funcionar, la premisa principal consiste en señalar correctamente las jugadas más claras, para evitar caer en errores groseros, flagrantes y mayúsculos que son inadmisibles en una herramienta tecnológica tan presuntamente avanzada. Tampoco se puede dejar el fútbol en manos de la interpretación. ¿Por qué si, por ejemplo, arbitra Gil Manzano una jugada es penalti y si pita Martínez Munuera se salda con falta en ataque? Se han de reformar aquellos artículos más recónditos del reglamento para fijar una norma y no dejarlo en manos de la subjetividad de un señor que ha de juzgar en un espacio de tiempo tan efímero.
Convocar una rueda de prensa para que conste que existe un 96% de acierto y solo siete errores esta temporada gracias al VAR es, inexorablemente, una gran noticia para el fútbol. Sin embargo, si queremos avanzar y alcanzar la excelencia, es necesario analizar esos errores para no tropezar dos veces en la misma piedra.
Sin duda, SÍ al VAR, pero bien ejecutado y sin que queden por el camino partidos en los que los equipos formen parte de las eternas etiquetas de "beneficiados" y "perjudicados".