Cierren el circo

28.08.2013 00:00 de  Redacción   ver lecturas

Prometí tomar distancia con respecto a la elección del portero. Creía adecuado no alimentar más, salvando pequeñas impresiones personales, una vorágine chusca que está lastrando el inicio del nuevo proyecto de Ancelotti y que dañó y muy considerablemente el último tramo del de Mourinho. Sería hipócrita pensar que una decisión como la de sentar al capitán no iba a provocar un terremoto de doliente pena en las redacciones de la capital. Y por amargo contagio, en el 'casillismo' más o menos radical del madridismo.

Lo que ni yo me atrevía a vaticinar es que, sin Mourinho y con un nuevo proyecto en marcha, seis meses después, seguiría la feroz campaña de desestabilización. Feroz y absurda. A las realizaciones torticeras de la temporada pasada, con planos de Casillas a cada pequeño error de Diego López o gol en contra, además del repertorio de absurdas teorías en torno a la decisión de Mourinho, se ha pasado a la mayor. A veces pienso que hay un Comunio de comunicadores 'casillistas' para ver quién suma más puntos en una genuina absurdez semanal.

Pienso en Casillas. Supongo que es consciente del daño que le están haciendo. No sé si él lo permite, o si lo inició y ahora ha perdido el control. Sería conveniente para su reputación, ya con una herida difícil de cerrar entre muchos sectores del madridismo, salir a mandar un mensaje: "Voy a trabajar como el que más por ganarme la confianza del entrenador y apoyo a mi compañero Diego López en todo". Contundente y simple. Es necesario que detenga a sus palmeros, que piense en el escudo que capitanea y en la grada del equipo. Su silencio está acrecentando el escozor.

Si de verdad pretenden ayudarle, paren ya. Déjenle parar como antaño, déjenle entrenar, déjenle demostrar su valía. Déjenle competir el puesto, como cualquier futbolista profesional. Abandonen el cinismo y el ridículo. Han elaborado teorías falsas de calentamiento, han dicho que se quiere marchar y que se rinde, han dicho que primero fue Mou por inquina personal y que ahora es Florentino con la colaboración del manejable Ancelotti, han admitido que entrena sin intensidad porque tiene un don, han asegurado en un programa de máxima audiencia que filtró el once en un Madrid-Barcelona. Habéis convertido a Casillas en un personaje empalagoso, siniestro y aburrido. Habéis puesto de acuerdo a Arcadi Espada, Julia Otero y Mercedes Milá. Y habéis sido vosotros con vuestra torpe defensa con argumentos más místicos que futbolísticos.

Las consecuencias las estamos viendo ahora. Aficiones rivales cantando "Iker, Iker" como un "Así, así gana el Madrid", para desestabilizar. Y no sólo eso. Usen el buscador de Twitter y pongan "Ancelotti+(el insulto que deseen)": hordas de supuestos madridistas, esos que decían que el mourinhismo se iría a Londres, insultando gravemente al nuevo entrenador en la segunda jornada de Liga, y pidiendo derrotas y goleadas al equipo. Y en medio de todo el ruido, Diego López. Un excepcional profesional que sin regalos ni masajes mediáticos se ha ganado la titularidad a base de esfuerzo, notables actuaciones y un sentido de club intachable. Llegó en los momentos más difíciles de la etapa de Mourinho y dio la cara por el proyecto hasta el final y, especialmente, en momentos de máxima exigencia. Como la está dando ahora, manteniendo una buena línea de actuaciones. Quiten los trampolines, desmonten la jaula de los leones y desmaquillen a los payasos. Los títulos merecen llegar a un escenario mejor.