El madridismo se harta de Del Bosque
El paso de Vicente del Bosque por los micrófonos de 'El Partido de las 12' volvió a dejar a una gran parte de los madridistas indignados con la actitud del actual seleccionador español. Los valores, la falsa modestia y los ataques sutiles al Real Madrid no casan con la afición que tanto dice venerar el salmantino.
Movido por el rencor, Del Bosque hace años que decidió huir del madridismo para abrazar la fe culé. Olvidando así que, si algún día se sentó en el banquillo de la Selección, fue gracias a que el Real Madrid le dio la oportunidad de entrenar a un grupo de jugadores únicos, quizá la mejor generación que ha pasado por el club más laureado de la historia. Nadie duda de su entrega durante los años que pasó trabajando -y cobrando- en el equipo blanco, pero se echa de menos alguna que otra palabra de cariño hacia al club que se lo ha dado todo en esta vida.
Su última 'vicentada' ha sido afirmar que quién se mete con él, se mete un poco con el Real Madrid. Afirmación que intenta elevar a Del Bosque a la altura de Bernabéu o del mismísimo escudo. En vez de repartir carnés de madridistas, el seleccionador debería ser más ecuánime a la hora de valorar cualquier acción o noticia sobre la actualidad blanca. Mientras que castigó a Arbeloa por un toquecito a Diego Costa en el derbi copero, Del Bosque pasa de puntillas por el feo y peligroso pisotón de Busquets a Pepe. La famosa doble vara de medir. Y es que entre ser un privilegiado o un indignado, el técnico ha elegido la segunda opción con el Real Madrid.
El exentrenador madridista aún no ha olvidado su salida del club de Chamartín, aunque tiene memoria selectiva según le convenga. Perdonó a los jugadores, pero sigue fustigando a Florentino Pérez cada vez que tiene oportunidad. En el lavado de imagen de aquella época participa también un Iker Casillas que cargó con dureza en el pasado contra Del Bosque por obedecer las órdenes de Hierro y otros gallos del vestuario. Del capitán blanco también se esperaba otra respuesta más contundente al ser preguntado por la acción de Busquets en el último clásico. Un simple tirón de orejas no es suficiente cuando durante los últimos años tus compañeros de equipo han sido duramente atacados una y otra vez desde el bando rival. Pero ya se sabe, la Selección es lo primero.