El triunfo de los odiados
Haciendo memoria, y rebobinando la cinta de vídeo me encuentro con aquella Grecia campeona de la Eurocopa de 2004 en Portugal. En uno de los mayores hitos de la historia del fútbol -superando el 'Maracanazo' o el 'Centenariazo'-, una selección que la gente no se atrevía a ponerle una X en las quinielas y que digamos no gozaba de una especial simpatía, triunfó. En concreto, una de sus figuras sino la que más, el entrenador, Otto Rehaggel, no despertaba ni la más mínima sonrisa entre los aficioandos.
Y es que era odiado porque decían que Grecia hacía un juego rácano, que aburría verlo jugar o que caían mal directamente, sin entrar a valorar el porqué. Sin embargo, Rehaggel remando contra viento y marea -me suena la historia a la de un antiguo entrenador madridista-, consiguió llevar al combinado griego al Olimpo del fútbol europeo. El 'Quasimodo0 del campeonato, ese equipo "feo" y "desagradable", calló las bocas de todos y demostró que nada es imposible en este deporte.
Si refrescamos un poco menos la memoria, exactamente dos meses atrás nos topamos con una de las portadas más vergonzosas de los últimos años. La revista francesa BasketHebdo, como buena revista sociológica que es (?), hablaba de Rudy como el jugador más "detestado" de Europa. También, en otros lugares, se hablaba de que daba un paso atrás en los partidos grandes o de que estaba más atento a los focos. Y todo ello después de la agresión que le propinaron dos aficionados en Kaunas.
Si bien no ha triunfado, de momento, al mismo nivel que Rehaggel, Rodolfo ayer colocó a los de Laso un pasito más cerca de la soñada Final Four de Milán. Sí, el jugador más odiado del continente europeo no hace más que dar alegrías a una hinchada blanca que vibra con cada partido en el Palacio. Tenga la espalda molesta o el hombro en cabestrillo, no importa, porque su ilusión no es otra que la 'Novena'. Sus 28 puntos y 33 de valoración así lo acreditan.
¡Qué sigan odiando a los mejores!