En el peor momento
Una vez más el 'virus FIFA' ataca a un Real Madrid que ve como hasta 16 miembros de su plantilla se marchan con sus respectivas selecciones a tan solo dos meses y medio de finalizar la competición de clubes. Y es que no se entiende la ocurrencia de poner una fecha de partidos internacionales amistosos justo cuando entramos en el tramo decisivo de la temporada, a las puertas de los cuartos de final en la Champions League y con solo doce jornadas para finalizar la Liga.
Muchos argumentarán que se trata de la última prueba antes de la convocatoria definitiva para el Mundial de Brasil, sin embargo, no es más que otro atropello de la FIFA hacia los clubes, que se ven obligados a ceder jugadores con el riesgo de recuperarlos mermados físicamente o, en el peor de los casos, lesionados. Los casos de Coentrao y Marcelo, que han regresado directos a la enfermería en diversas ocasiones, o Khedira, perdido para toda la campaña, son solo algunos ejemplos que tocan de cerca al equipo blanco.
Son los clubes los que pagan a esos jugadores y a los que repercute directamente una grave lesión de los futbolistas. Aunque para la FIFA suponga un negocio muy rentable emplear jugadores que no son suyos sin correr ningún riesgo, el máximo organismo del fútbol mundial debería tomar en consideración la opinión de los clubes y respetar su planificación deportiva.
El caso de la RFEF es más sangrante si cabe, ya que ha aprovechado estas fechas de partidos entre selecciones para hacer su agosto con viajes inexplicables que obliga a los jugadores a recorrerse medio planeta en tan solo diez días. Puerto Rico, Panamá, Qatar, Estados Unidos o la última visita a Sudáfrica son solo algunos ejemplos de los destinos elegidos por la cúpula federativa para sacar el máximo provecho del buen momento de la selección en los últimos años.
En el caso del Real Madrid, este parón llega justo cuando el equipo estaba mostrando su mejor cara, sin perder en Liga desde el partido en el Camp Nou en el mes de octubre, sentenciando la eliminatoria de octavos de final de Champions League en la ida, y lo que es más relevante a estas alturas de curso, con el equipo pleno físicamente y sin lesiones de relevancia que lamentar.
A la vuelta, Carlo Ancelotti deberá saber minimizar los efectos negativos que estos partidos siempre producen en los jugadores y mantener el gran momento físico del plantel. El último cuarto de hora del derbi evidenció el buen trabajo del cuerpo técnico en este sentido, un trabajo que ahora se ve amenazado por los caprichos de las distintas federaciones, que con estas citas no tienen nada que perder pero sí mucho que ganar.