Una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad

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Este lunes, Lionel Messi se alza con su octavo Balón de Oro. Pero la realidad, lo que todo el mundo sabe, es que el argentino no merecía estar ni en el podio. En primer lugar, porque la Copa del Mundo -en teoría- no se iba a tener en consideración a la hora de votar al ganador de 2023; y en segundo lugar, porque a nivel de clubes no ha hecho nada destacable desde hace mucho tiempo. Milita en una medianía de la MLS estadounidense como el Inter de Miami, donde vive tranquilamente la recta final de su carrera. No está retirado, pero casi.

Por delante de Messi, muchos nombres en 2023. Desde Haaland, que ha batido el récord goleador de la Premier League y lo ha ganado todo a nivel de clubes; hasta un Rodri que fue el motor del City campeón. Incluso Mbappé y Vinicius han tenido mayor relevancia en 2023 que el argentino, pero ya se sabe que estos premios son puro marketing. El ex del Barça siempre ha tenido a la prensa y a las instituciones a su favor, y contra eso es muy difícil competir. De ahí que los cinco Balones de Oro de Cristiano Ronaldo constituyan un hito sin precedentes en la historia del fútbol, luchando contra todo y contra todos.

El de hoy debería ser el último Balón de Oro de Messi, pero llegados a este punto ya no me sorprende nada. No descarto verlo levantar su noveno trofeo el año que viene si marca un hat-trick a Los Ángeles Galaxy. Aunque, como suele decirse, una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad.

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autor

Javier Rubiano

Redactor de Bernabéu Digital. También escribe en alcorconhoy.com y en mostoleshoy.com. Antes, redactor en Deporte y Ocio. Graduado en Lengua y Literatura Española, y en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Ha cubierto partidos de Primera y Segunda División, de Champions League, Primera RFEF y Copa del Rey.

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