ANÁLISIS BD - Pochettino deja su sello y cortocircuita al Madrid

18.10.2017 10:23 de  Javier Martín Prieto  Twitter:    ver lecturas
ANÁLISIS BD - Pochettino deja su sello y cortocircuita al Madrid
Bernabeudigital.com
© foto de Imago/Image Sport

Vuelve a dejar de ganar el Real Madrid delante de su público en una ocasión propicia para dejar amarrada buena parte de la primera plaza de la clasificación de su fase de grupos. Lejos de espolearle y de convertirlo en la clásica trituradora de rivales; el Santiago Bernabéu parece hacérsele pesado al conjunto blanco, que en este curso solo ha podido ganar a Barcelona, Espanyol y APOEL, empatando contra Levante, Valencia y Tottenham y perdiendo contra el Real Betis. Ya sea por la ansiedad por gustar ante el respetable, la falta de acierto de cara al gol o el buen hacer del fenomenal conjunto de Pochettino, el conjunto blanco deberá realizar una faena digna en plaza ajena. El Madrid no acertó y Wembley dictará sentencia en la final por la primera plaza del grupo.

Un cartel que anunciaba la batalla de espadas entre Kane y Cristiano acabó por convertirse en el show de Keylor Navas y Hugo Lloris, en un decálogo de lo que debe ser un portero Champions: decisivo en cada acción para su equipo. Costarricense y francés ofrecieron al espectador un buffet libre de habilidades ‘arquerísticas’ y sacaron a relucir sus kilates de talento sobre el tapete del Bernabéu y evitaron un mayor número de goles. Agilidad el primero, intuición el segundo. Ambos dictaron su ley en un encuentro tenso, sofocante, de poder a poder, como anunció un Pochettino valiente, y que dejó su sello en el Bernabéu: un equipo solvente, con las ideas claras y muy tenaz. De promesa a realidad, un entrenador al alza capaz de exprimir las virtudes de sus jugadores y que, como dato, ya ha hecho debutar a 17 de los últimos 21 jugadores llamados por la Selección Inglesa.  Ordenó a su equipo el argentino en torno a su clásico 5-3-2 versátil (ver mapa) con tres centrales tapiando la meta de un colosal Lloris. El sistema mutaba a un 3-5-2 en ataque merced a la elasticidad de sus carrileros, especialmente Aurier, que ofreció un despliegue físico brutal. Vertonghen, central de origen, se prodigó menos, pero dejó ver su buen pie en los centros a Kane y Llorente, la doble punta de lanza que fijaba a Varane y Ramos e hizo partirse al Madrid a la espalda de Modric y Kroos. Ahí sufrió el conjunto blanco, que le costó anexar a Casemiro con los cerebros, obligando a bajar en demasía y alejándolo del área, a Isco; reduciendo su estado de inspiración.

Inteligente Pochettino, sirvió en bandeja al Madrid la posesión (61%) para organizarse en torno a dos líneas compactas formadas por siete jugadores, cerrando la arteria principal de inspiración de los blancos -el carril central- y dejando al Madrid atacar los costados con Marcelo, lejos de su mejor forma, y un Achraf vestido de extremo que no se amedrentó. Sin embargo, Benzema y Cristiano no fueron capaces de ganar la partida en casi ningún momento a los Davinson-Dier-Alderweireld, especialistas en balones laterales. El finísimo Eriksen lanzaba a Kane, que dejó claro que no es solo un delantero de área,  y Llorente, que tuvieron ocasiones para haber dado la campanada y encumbrado al técnico argentino de los Spurs. El Madrid, que no supo templar los ánimos, fue sobrado de corazón pero le faltó cabeza e ingenio.