PREVIA BD - Riazor pone a prueba a Bale y a Disneylandia
Día de partido para el Real Madrid, y no uno cualquiera. El campeón de Liga alza el telón de la competición nacional ante el Deportivo de La Coruña (22:15) en el estadio de Riazor, plaza otrora maldita, ahora escenario común de rutilantes exhibiciones del conjunto dirigido por Zinedine Zidane, que ha puesto en aviso a los suyos y no quiere que su escuadra levante el pie de un acelerador que mantiene al barco madridista a velocidad de crucero y con la moral de la tropa en máxima ebullición tras abofetear al Barça y al United en ambas Supercopas. El escenario dibujado entre bambolinas, es pues, un cuento de hadas para los blancos solo crispado por la sanción a su insignia Cristiano Ronaldo, resignado ante el acoso arbitral, postura secundada por el club y encabezada por un Zidane irreconocible en rueda de prensa, al que le costó una sanción.
Mientras, en lo puramente deportivo, el Real Madrid iniciará su defensa del título con el mismo chasis pero con renovados complementos. Un nuevo modelo alejado del de anteriores decenios, aupado en jóvenes valores y donde lo deportivo prima sobre el marketing: una inversión de 155 millones en tres temporadas lo avalan, con incorporaciones llamadas a ser algún día piezas de primera línea en doble once titular de Zidane, cuya cabeza puede echar humo esta temporada ante las numerosas opciones. Su mano derecha pasará la mayor prueba desde que ocupa el banquillo de Chamartín a favor de que reine la paz y la armonía de un vestuario flamable. El marsellés domina el arte del faquir como ningún otro y camina con paso firme sobre la gestión inteligente de los inabarcables recursos humanos de la plantilla madridista. Su último as, Marcos Llorente, que parecía cercano a irse, ha entrado en la convocatoria en lugar de un Kovacic inmenso, pero al que le han dejado fuera sus molestias en la cadera. El otro gran atractivo del encuentro serán las cabalgadas de Theo en su primera titularidad, además de la vuelta del tercer espada en la retaguardia Nacho Fernández, llamado a filas para descargar la rodilla de Varane. Aunque el gran examen volverá a ser para Gareth Bale, con la enésima oportunidad ante sí para empezar a demostrar que este es su año. El control del partido será para el rombo predilecto de Zidane, que únicamente duda entre dar continuidad a Karim ante la baja de Cristiano o dar cancha a un Asensio que ya no cabe en el banquillo y ha roto el cascarón de forma definitiva.
Enfrente un Depor que no renuncia a nada, Andone dixit, pero que sabe que se enfrentará a un coloso casi imposible de mandar a la lona. Los coruñeses se aferran a su público y a una noche de iluminación del rumano Florin Andone, a la espera de la llegada del salvador Lucas Pérez, por el que el conjunto coruñés está cerca de llegar a un acuerdo. Mel refugiará a su equipo al borde del área con una columna central fuerte con Schär, Sidnei y Guilherme intentará hacer daño a la contra buscando la espalda de Carvajal y Theo, que vivirán en campo contrario, con la velocidad de Bakkali y Fede Cartabia. Se levanta el telón de una Liga maravillosa.