Las bolas calientes de siempre

Bernabeudigital.com

Al Real Madrid le ha tocado el Manchester City nuevamente en unos cuartos de final de Champions League. Vaya, ¡quién lo diría! Y es que con el organismo tan limpio como la UEFA detrás cada sorteo, no hay nada que sospechar. Tampoco, obviamente, sobre los cruces que tienen los dos equipos con sus representantes en lo más alto de la ECA (Atlético de Madrid y PSG). Con lo bonita que se ha quedado Europa... no puede haber nada raro que manche el gran espíritu deportivo, ¿no? En realidad sí, claro está, tanto ahora como hace varios años, cuando el grandísimo -y poco nombrado- Şenes Erzik, junto a Michel Platini y alguno más hacía de las suyas en favor del mismo equipo de siempre. Ni se cortaban, como ahora.

Solo hay que ser una persona disfuncional para no diferenciar lo que uno está viendo. Y aburre. Siempre es igual, cada año lo mismo con el objetivo de toda la vida: ver al Real Madrid caer. Porque no hay otro ni habrá, sobre todo con Aleksander Čeferin a los mandos, alguien que vivirá en varios años en el mismo lugar que algún dirigente anterior. Gracias a no sé quién, porque Dios no tiene vela en ningún entierro, los madridistas tienen la oportunidad de oro de sentar un precedente más, y ese no es otro que el de luchar contra la segunda organización más corrupta de la historia. La primera es la RFEF con el FC Barcelona, pero ese es otro tema que dejaremos para más adelante.

Nos da igual el rival, el sorteo, dónde jugar, y también si jugamos la vuelta o no en casa -spoiler, será la ida-. Somos el Real Madrid y estamos por encima de cualquier cosa, incluso de meros mortales cuyo mayor logro es el tráfico de influencias. Vamos con todo, porque es lo que siempre hemos sido, y nos gustan los desafíos, incluso los preordenados. Y después de la buspirona, no queda otra que reventar en esta eliminatoria.