A la heroica

Gran triunfo el conseguido por el  Real Madrid frente al Maccabi (74-68) en un partido cargado de emoción. El duelo, decidido en los instantes finales, se lo llevó el conjunto blanco gracias a la labor de un Llull sensacional que volvió a tirar d
30.01.2014 22:40 de  Alejandro López   ver lecturas
A la heroica

Gran triunfo del Real Madrid frente a un Maccabi que demostró ser un rival serio de cara a la Final Four de Milán. El último cuarto de Sergio Llull fue clave para la victoria blanca y desquitarse así de la derrota sufrida la pasada semana en Moscú. CSKA, Maccabi y Real Madrid empatan en la cabeza de este Grupo F del Top 16 con cuatro victorias y una derrota. [Narración y comentarios en directo]

El encanto que el duelo entre israelíes y madridistas rezumaba antes del comienzo era tremenamente especial. El olor de una gran noche europea era más que fuerte ya en los aledaños de un Palacio de los Deportes que iba a volver a presentar un lleno casi total.

Maccabi y Real Madrid entraban un poco fríos al partido, víctimas ambos del respeto que siempre existe entre dos de los más grandes conjuntos europeos. El juego de ambos se resumía a sus principales bazas. Rudy y Mirotic por los blancos y Tyus y 'Sofo' en el cuadro de David Blatt. Precisamente con estos dos últimos fue con quien más problemas tuvo la defensa blanca. El gigante griego, casi indefendible por su peso, se apoyaba una y otra vez en Bourousis para acabar con un 'semigancho' a tabla. Poco a poco ambos equipos se fueron entonando, Mirotic y Sergio Rodríguez hacían a los blancos coger algo de ventaja que palió con gran acierto un Ingles más que silbado por la afición madridista.

De menos a más

Ya en el segundo periodo, la paz dejó paso a una tempestad que mucho tuvo que ver con el arbitraje. Rudy, cargado con dos faltas en el primer periodo, tenía su más y sus menos con el ya citado Ingles. Tras un amague de encare entre ambos, el australiano se enzarzó con el mallorquín sacando una falta doble que solo beneficiaba al conjunto de Tel Aviv.

A esta acción se sumaron dos claras acciones de pasos por el cuadro israelí que no fueron sancionadas por el trío arbitral y que acabaron sacando de quicio a Pablo Laso que encima se llevó la técnica. El Madrid intensificó aún más su defensa, gracias sobre todo a Draper y Slaughter, logrando una diferencia de cuatro puntos al descanso.

Tras el paso por vestuarios, el Madrid sufrió un bajón que ya empieza a ser crónico. Tres recuperaciones casi consecutivas del equipo de David Blatt les hacían liderar el marcador antes de lo previsto. De la mano de Slaughter y de Rudy nuevamente los blancos lograron rehacer el descosido y no dejaban que se escaparan en el electrónico. Laso supo leer la situación a la perfección y apostó a ciegas por la defensa. Reyes y Draper entraban a cancha para dotar al equipo de energía y ansias, algo que hicieron a la perfección.

Llull dicta sentencia

Con los blancos uno abajo se llegaba a un último periodo no apto para cardiacos. El ritmo que ambos equipos estaban llevando era más que elevado a pesar de que el marcador no lo fuera. Pero el Madrid se guardaba un as en la manga, como los grandes de este deporte. Mientras que Rudy seguía a lo suyo, anotando, defendiendo y reboteando de manera sobresaliente, Llull se unía al balear y hacía levantar de sus asientos a un Palacio más entregado que nunca, consciente de que su equipo le necesitaba.

El Maccabi no perdía la cara al partido de la mano de Hickman y llevaba el duelo a la igualdad a falta de dos minutos para el final. Pero en ese momento apareció el alma de este equipo, el corazón de esta plantilla plagada de calidad. Sergio Llull anotaba dos triples increíbles y dos tiros libres para dar una ventaja de seis al conjunto blanco. El tiempo muerto que pidió acontinuación David Blatt se vino abajo nuevamente por culpa de Llull. Un robo del menorquín supuso la puntilla a un cuadro israelí que en el momento de la verdad se desfondó por culpa del ansia de los blancos.

Victoria más que merecida y necesaria para los hombres de Laso que acaban de esta manera con la imbatibilidad del Maccabi. Un triunfo digno de un equipo que va más allá de la simple calidad. Una victoria como esta, con corazón y ajustada, era lo único que le faltaba al cuadro de Laso para presentar oficialmente su candidatura al título.