La fiesta de los 40
Tras una larga espera, el titán blanco volvía a su casa para encontrarse nuevamente con los jaleos y el aliento de su afición. Antes de que el telón de la Euroliga se alzase, la plantilla del Real Madrid ofrecía el titulo copero al Palacio, siendo este el segundo trofeo que los blancos alzan esta temporada. [Narración y comentarios en directo]
Arranque vertiginoso
No desperdiciaron ni una milésima de segundo los chicos de Laso para encarrilar el partido. Las rápidas transiciones del equipo merengue no podían ser contrarrestadas por un Zalgiris que, desde el primer momento, se puso el traje de víctima. Bourousis hacía suya la zona de un Palacio de los Deportes que tenía ganas de volver a ver reinar al girego en la pintura. Mientras Rudy dominaba el perímetro con eficacia. Desde ahí el Madrid provocaba una y otra vez el desconcierto en un Zalgiris que solo sumaba de la mano de Dentmon y Javtokas.
Con el equipo diez arriba en el luminoso, Díez y Mejri entraron a escena. El canterano blanco se disfrazo de Iturriaga y anotó al mas puro estilo 'palomero' desde que entró. Por su parte Mejri, que lleva encadenadas tres grandes actuaciones, volvió a demostrar su ansia de minutos y con un mate espectacular levantó a todo el público del Palacio de sus asientos.
El Zalgiris reaccionó entonces y, de la mano de un abucheado Jasikevicus, logró bajar de los nueve puntos de diferencia. Pero todo quedó en un claro espejismo. Cuando Stombergas volvió a introducir en pista a Dentmon y Pocius, sin los que había remontado, los blancos volvieron a ampliar su ventaja hasta rondar los 20 de diferencia al descanso.
El Madrid disfruta y se da un festín
Si antes del descanso se había visto a un Real Madrid más que superior, tras el paso por vestuarios la apisonadora blanca hizo una nueva muesca en su mazo de recitales. Rudy no encontraba defensor capaz de pararle y sumó la friolera de 13 puntos en 7 minutos jugados en el tercer cuarto. Al mallorquín le acompañó un Felipe Reyes que hizo suya la zona del equipo lituano, que estaba ya pensando en la vuelta a casa tras la paliza que estaba sufriendo.
Si a esto le sumamos las pinceladas de un Llull, la magia de Sergio Rodríguez, el trabajo de Bourousis y la espectacularidad de Slaughter, es mas que obvio que el partido quedó visto para sentencia antes de entrar en el último periodo.
Los últimos diez minutos quedaron para la rotación, el espectáculo, el jolgorio del Palacio y para que el canterano Martín volviera a disfrutar de minutos con el primer equipo. No puede obviarse tampoco el perfecto trabajo defensivo del Real Madrid que, desde el primer minuto y mejorando según avanzaba el choque, secaba al conjunto lituano.
Con esta victoria, el equipo de Laso suma su 40º triunfo en lo que va de temporada, un récord que solo hace que atisbar un futuro dulce y plagado de éxitos.
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