Olympiacos 71-77 Real Madrid: el dúo balcánico lucha y vence contra ocho

Los madridistas sufrieron en un partido muy complicado en el que tuvieron que hacer frente a factores externos como el arbitraje
05.12.2023 21:59 de  Diego Rivero Mosqueda   ver lecturas
Real Madrid de baloncesto
Real Madrid de baloncesto
© foto de Iván del Dedo Martín

El Real Madrid sufrió hasta el final en su visita al Pireo frente a Olympiacos, un equipo siempre complicado, y más en casa. Aun con todo en contra, árbitros incluidos, los madridistas enlazaron muchos buenos minutos, que sólo pudieron ser contrarrestados con los del silbato y una muy buena actuación de Thomas Walkup, que contra los blancos siempre se entona. Pese a ello, Mario Hezonja y Dzanan Musa pudieron cerrar la victoria.

Con la incorporación de Eli John Ndiaye al quinteto titular, el Real Madrid saltó al Pireo para comenzar el partido de Euroliga frente a Olympiacos. Los primeros minutos fueron de intercambio puro de canastas, sin ninguno imponerse totalmente con su estilo. Aunque fueron los blancos quienes lograron la pequeña ventaja inicial que sería reducida por los exteriores griegos, muy atentos en los contraataques y el movimiento sin balón. Edy Tavares fue el hombre más buscado por los madridistas en ataque, aunque fue insuficiente, ya que los hombres de fuera debían colaborar en la ofensiva, y sólo Dzanan Musa hizo ademán de romper la defensa griega mediante bloqueos del pívot caboverdiano. Con la entrada de Mario Hezonja y Gabriel Deck a cancha, Facundo Campazzo se sintió más cómodo, y sus tres asistencias hablaron por sí solas, además de un triple clave para silenciar al pabellón helénico.

Ya en el segundo cuarto, Hezonja prosiguió con su buena racha anotadora, y todos los balones pasaron por él y por Deck, aunque este no estuvo tan acertado debido a los contactos que los árbitros permitieron a la defensa de Olympiacos y no a la del Real Madrid. De nuevo, y por segundo partido consecutivo, los de negro intentaron ser protagonistas, y cómo no, en el Pireo. El croata, mientras tanto, anotó un triple fundamental para parar la sangría en defensa, aunque Mckissic respondió rápidamente. Gracias al balcánico y al argentino, el ataque no se desmoronó, y con la entrada de Carlos Alocén, la defensa mejoró, así como la transición ofensiva, mucho más rápida y vertiginosa. El intercambio de canastas dominó el final de la primera parte, y aunque los blancos resistieron en un primer momento, terminaron perdiendo una ventaja de nueve puntos justo antes del descanso.

Tras el paso por vestuarios y con el mismo quinteto que en el primer cuarto, y fue Musa quien anotó un triple muy importante para el Real Madrid, que comenzó de forma dubitativa este periodo. Mientras tanto, los árbitros siguieron en su linea: favorecer a Olympiacos siempre que podían. De hecho, se comieron una falta sobre Ndiaye que protestó Chus Mateo airadamente, y esto le costó la técnica. Y pese a jugar contra ocho, el bosnio no se amedrentó, y clavó otro tiro de fuera para enmudecer el pabellón. Los griegos se pusieron con ventaja tras la ayudita de siempre, y es que tanto Grecia como Turquía son intocables para la organización, aunque los blancos no se rindieron, y sacaron ese colmillo gracias a Tavares, que se hizo grande en la zona, donde solo pudo sacar falta tras falta. Los madridistas se desesperaron, pues cada contacto se pitaba como falta, aunque sólo en la defensa madridista. Eso sí, el dúo balcánico entró en escena para ganar con puro baloncesto, uno en ataque y otro en defensa, pero fue muy complicado debido a la fuerza de la organización. Antes de entrar al último cuarto, Vicent Poirier deleitó a todo el pabellón con dos tapones de libro sobre Milutinov.

Estos últimos diez minutos comenzaron con mucho dinamismo, y es que llovieron los triples en ambos equipos, así como las faltas inexistentes que pitaron los árbitros en contra del Real Madrid. Nada cambió, eso sí, con Mckissic fallando ambos tiros libres y la ofensiva de los blancos centrándose en los exteriores balcánicos. La alternancia en el marcador se hizo dueña del contexto del encuentro, y no hubo un dominador claro. Con Chus Mateo anonadado ante el criterio arbitral, los blancos trataron de mantener la calma y confiar en los fallos desde el 4,65 en el caso de los griegos, aunque el alero americano no cayó esta vez en el error. Ya en los instantes finales, el cierre del rebote y la defensa se volvió más intensa, y el Real Madrid lo aprovechó para sacar alguna falta de las pocas que lograron querer pitar. En cualquier caso, si Musa fallaba un tiro, Tavares recogía el rebote para dar una segunda oportunidad y regalar un balón de oxígeno a los suyos, que aprovecharon. De todas formas, la defensa blanca fue impecable en los minutos finales, y se pudieron llevar la victoria contra todo y contra todos.