Díaz se olvida de Benavente
Tras la revolución sufrida por el Real Madrid en un verano con múltiples bajas e incorporaciones no deseadas incluidas, Alberto Toril decidió tirar de uno de los jóvenes talentos con más proyección de 'La Fábrica', Cristian Benavente. El internacional peruano se ganó a última hora un puesto importante en la rotación de un Castilla en el que rápidamente empezaría a dejar detalles de su enorme calidad.
Hay que recordar que Benavente ascendía al primer filial blanco después de dejar atrás la edad de juvenil y un año más que soñado por la perla madridista. Y es que, al tiempo que brillaba en el equipo de Ramis, donde fue el máximo goleador y asistente y se alzó con la Liga y la Copa del Rey, se iba ganando un puesto en la selección absoluta de Perú, con la que debutó oficialmente.
Jugador importante para Toril
Con todo ello a sus espaldas, afrontaba Benavente su primer año como profesional. Un año en el que tenía que empezar a demostrar muchas cosas en un Castilla que necesitaba y necesita jugadores de su calidad. Así pues, Toril fue haciéndole un hueco y tras las seis primeras jornadas, en las que solo disputó 12 minutos frente al Alcorcón, fue participando con regularidad.
De hecho, tras disputar 30 minutos en la derrota blanca en Tenerife, el técnico cordobés le hizo estrenar titularidad frente al Lugo en la que sería la primera victoria blanca. Desde entonces, y hasta la marcha de Toril, el joven peruano fue alternado titularidades con suplencias para sumar un total de 279 minutos entre la séptima y la decimocuarta jornada.
Banquillo y grada con Díaz
Una jornada en la que todo cambiaría para el Castilla y para Cristian. Y es que, la marcha de Alberto Toril y la llegada al banquillo de José Manuel Díaz supondría la desaparición del canterano blanco, que no ha disputado ni un solo minuto desde que el madrileño asumiera las riendas del primer filial.
Benavente vería el primer partido de la 'era Díaz' desde la grada para después pasar al banquillo en los duelos frente a Jaén, Girona y Las Palmas, en los que no llegó a saltar al terreno de juego. Tras ellos, vuelta a la grada en los tres últimos para un Cristian que no parece tener mucha confianza por parte de su nuevo técnico. Una confianza que el peruano debe ganarse para continuar explotando y brillando en el Real Madrid Castilla.