El Castilla sigue en blanco
El Castilla volvió a recibir una dura derrota (0-1) de manos de un Mirandés con la moral por las nubes. Los hombres de Toril volvieron a desaparecer por completo en el centro del campo y apenas fueron capaces de trenzar jugadas de ataque, aunque pudieron irse a casa con un punto debajo del brazo.
Las ganas de resucitar de unos y la ambición por mantenerse arriba de los otros trajeron como consecuencia un comienzo de partido muy intenso. El Mirandés empezó enviando un balón a la madera que sería contestado unos segundos más tarde con una gran asistencia de Lucas que, sin embargo, no supo aprovechar Rozzi.
El conjunto merengue parecía dispuesto a cambiar el guión de los anteriores encuentros y rondó la meta defendida por Prieto en más de una ocasión gracias a los desbordes de Lucas por la banda derecha. Sin embargo, y como ya viene siendo habitual, el supuesto dominio del Castilla no era más que un efímero espejismo que se diluyó cuando Ruiz de Galarreta aprovechó un disparo desde fuera del área para subir el primero del Mirandés al marcador.
El gol en contra dejó al Castilla totalmente adormecido, por lo que Toril trató de despertar el juego de su equipo con dos sorprendentes cambios a los 30 minutos de juego. Los dos mediocentros, José Rodríguez y Aguza, fueron sustituidos por Lucas Torró y Mascarell. La entrada de ambos jugadores pareció inyectar algo de sangre en las venas del Castilla, que tuvo su ocasión más clara en un mano a mano que Rozzi, una vez más, no supo materializar.
El Mirandés pareció renunciar al balón mientras el conjunto blanco, con Borja y Lucas dando intermitentes exhibiciones de fútbol, llegaba con una inusual facilidad, aunque sin excesivo peligro, a la portería del conjunto de Miranda del Ebro. El encuentro llegó a su ecuador con una espectacular jugada del Mirandés que acabaría estrellándose nuevamente en la madera de la portería defendida por Yañez.
Un Castilla sin centro del campo
El emocionante final de la primera parte contrastó con el adormecido inicio de los hombres de Toril a la salida de los vestuarios. El Mirandés tocaba en tres cuartos de cancha con una pasmosa facilidad y el conjunto blanco se resignó a perseguir el balón hasta que sus rivales fallasen en algún envío. Nuevamente, el mediocentro madridista brillaba por su ausencia y los blancos apenas conseguían trenzar dos pases seguidos.
Toril agotó los cambios en el minuto 67 y dio entrada a Sobrino en lugar de Pulido, aunque el juego del Castilla apenas se vio modificado. El escaso peligro que llegaba a la portería del Mirandés venía de algún error suyo o de pases largos de los que era difícil sacar petróleo, y el público del Alfredo Di Stéfano comenzaba a impacientarse.
No sería hasta los últimos quince minutos cuando el Castilla dio su enésimo amago de resurrección, aunque los intentos volvieron a ser estériles. El conjunto de Arconada supo aguantar el arreón final de un Castilla decepcionante que pudo empatar en los últimos minutos gracias a varias acciones de peligro, especialmente un disparo de Borja que inexplicablemente mandó a las nubes con todo a su favor.
Una jornada más, y ya van cuatro, y el Castilla continúa con su sequía de fútbol y de goles. El lavado de cara de Toril para el choque ante el Mirandés tampoco surtió efecto, por lo que el técnico merengue deberá seguir trabajando para sacar a su equipo de la delicada situación en la que se encuentra.