Arda Güler y Jude Bellingham, imposible convivencia
Una vez más. Cuando parecía que Xabi Alonso había dado con la tecla en el once —o al menos tenía algo más definida la idea—, el partido ante el Celta de Vigo volvió a sembrar dudas. En un duelo donde el Real Madrid jamás logró encontrarse, ni con balón ni sin él, una de las decisiones más discutibles fue la de volver a juntar a Arda Güler y Jude Bellingham para dirigir la sala de máquinas del conjunto blanco.
Que ambos no pueden coincidir sobre el césped parece ya una evidencia. Dos futbolistas de perfil similar que se solapan y, aunque por talento y condiciones pudieran parecer una solución al juego espeso del equipo, la realidad es que su convivencia resta más que suma. La estructura se parte, el equipo pierde equilibrio y ni uno ni otro encuentra su mejor radio de acción.
El mejor ejemplo está en el anterior choque ante el Athletic Club (0-3), donde Jude fue titular y brilló acompañado por Camavinga —que se retiró lesionado tras un gran partido— y Tchouameni, destinado a ser el guardián de la medular blanca. Igual ocurre en el caso contrario: la versión más brillante de Arda se remonta al inicio de temporada, cuando se enlazaba en tres cuartos con Mbappé, su socio ideal, con total libertad para moverse, conducir y aportar claridad entre líneas. Mientras uno necesita un contexto con más metros para llegar en carrera al área rival, el otro requiere cercanía constante a la pelota y socios que le liberen. Cuando coinciden, ambos pierden su esencia.
Sea como sea, el tolosarra debe reajustar de nuevo el esquema antes del duelo ante el Manchester City el próximo miércoles 10 de diciembre (21:00 horas). Un encuentro que debe ser un punto de inflexión —el enésimo— y que puede marcar un antes y un después en el rumbo del equipo, más aún tras la mala imagen ofrecida frente al Celta de Vigo.