Adiós a un aciago 2025
El Real Madrid se despide de este 2025 con una victoria completamente gris, aunque meritoria visto el indigno papel que mostraron prácticamente todos sobre el campo. La falta de confianza de muchos jugadores en sí mismos, así como un sistema de juego tétrico y un entrenador que no da más de sí, como se puede apreciar en cada gesto desde el banquillo, es lo que ha terminado de matar al club blanco. Lo positivo es que hay ciertos madridistas que están felices celebrando algunas cosas, y eso, verdaderamente, es lo que cuenta. Es lo típico de que si no eres feliz tú, que al menos lo sea otro. Con más desconexiones emocionales que futbolísticas, el club ha logrado algo que parecía no imposible, sino lo siguiente, de hacer: que muchos corazones digan adiós.
Cada vez que me meto en cualquier red social a leer opiniones de aficionados madridistas no dejo de observar que aquella emoción y amor por ver al Real Madrid va poco a poco desapareciendo. Yo ya lo sentí en septiembre, y "me alegro" de ver que no soy el único en sentir esa desconexión total. Creo que jamás vi un club tan grande convertirse en algo tan pequeño, pero no para mí, sino de forma general. Recuerda mucho al desgobierno que se impuso en la caída del Imperio Romano, y seguramente no haya mejor símil para poner en la balanza sobre estas dos instituciones tan históricas. Es cierto que las sucesiones son difíciles, y que pocas a lo largo de la vida han resultado ser positivas, pero la de la entidad blanca va en camino de ser la peor de siempre.
Si algo tengo que decir, es que este Real Madrid no se merece gran cosa de mi parte, pero espero que el resto sí pueda dar algo, porque yo ya me he rendido con el club. Y para finalizar, creo que he de darle las gracias a Thibaut Courtois, las más sinceras posibles, porque si el año pasado fue Fede Valverde quien sostuvo aquel escudo tratando de no quebrarse, esta temporada lo está haciendo el belga, aunque parece haberse roto ya.