Arbeloa, caballero del honor

09.05.2016 15:36 de  Francisco José Reina   ver lecturas
Arbeloa, caballero del honor
© foto de Francisco José Reina

¿Hay mejor demostración de madridismo que el odio de la España anti-madridista, periodismo patrio incluido, y el reconocimiento sincero de tu afición? Arbeloa se despidió como lo hacen los que han representado el escudo y el sentimiento del Real Madrid sin complejos ni miramientos: menospreciados por los licenciados en anti-madridismo y ovacionado por los seguidores del club blanco, quienes demostraron en el Bernabéu que la mayor forma de entrar en la historia de un club centenario es habitando en el corazón de sus aficionados, justo donde Álvaro Arbeloa ha cimentado, en base a una profesionalidad, sentimiento y valía inmaculada, un lugar perpetuo e indestructible. Porque por mucho que se hayan empeñado en infravalorar al jugador que fue incuestionable en el Castilla del ascenso, Deportivo de la Coruña, Liverpool, Real Madrid y la Selección española del triplete consecutivo en forma de Eurocopa-Mundial-Eurocopa, el madridismo en Twitter hizo trending topic un agradecimiento que, el día después en el Santiago Bernabéu, se transformó en un emotivo vídeo minutos antes del partido y en una atronadora ovación -con su debido manteo- de un estadio entregado. Aquellas manos que lanzaban a nuestro espartano al cielo de Madrid no eran la de unos compañeros rendidos a su generosidad, sino la de todo el madridismo en gratitud a su valentía. Porque no sólo hay que ser madridista para defender al Real Madrid ante la jauría de depredadores que lo amenazan día a día, también hay que ser valiente. Y Arbeloa lo es.

Poco importó que, como en 2014, los periodistas de este país boicotearan su salida a los micros; de poco valieron las utilizaciones que hicieron de su persona para defender a otros jugadores; de nada sirvió que le vilipendiaran públicamente seleccionadores, rivales y famosos periodistas por jugadas, declaraciones o actitudes determinadas; precisamente esa era la confirmación de que su portavocía moral era la correcta. Con ese legado a sus espaldas nos dijo adiós en un resumen perfecto de su romántica historia de amor con el Real Madrid, pues lo hizo asumiendo su suplencia en una anteposición del club a su persona, algo que siempre abanderó, ayudando al equipo cuando más lo necesitaba, cosa que dentro y fuera del campo continuamente hizo, y terminó manteado en el centro de su estadio siendo cortado por el Plus para dar una entrevista a un jugador rival. No hay mejor síntesis de ese amor por parte del aficionado y odio por parte del anti-madridista. Así las cosas y  obligándolo a salir una vez finalizado el partido de nuevo al campo para agradecerle doblemente su dedicación, Arbeloa, como tanto se empeñó en recordar a cada remontada europea en ese "cabalgamos juntos, morimos juntos" de motivación, nos dejó la sensación de que a partir de ahora cabalgaremos con un trote más expuesto, menos verdadero y un poco menos de integridad moral.

Francisco José Reina
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Francisco José Reina
Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.