Bailando con Felisa
La vida a veces es injusta. Es algo parecido a estar saliendo durante un tiempo con la mujer más preciosa del mundo para luego acabar enrollándote con su prima, una tal Felisa que calza bigote, pelos en las piernas, una pata de palo y un parche en el ojo que espantarían hasta al más borracho de los desesperados.
Eso es, ni más ni menos, lo que le ha sucedido al Real Madrid. Durante un tiempo, jugadores como Ronaldo o Van Nistelrooy vistieron de blanco. Eran -en cierto modo- buenos tiempos, tiempos en los que llevar un '9' en la espalda todavía significaba algo y en los que lucir ese dorsal llevaba implícitas una serie de obligaciones. Ahora, por lo visto, "hay delanteros que no marcan pero que aportan otras cosas". Lo que hay que escuchar...
Probablemente, oír esas palabras sin haber catado antes las mieles de los mejores delanteros del mundo no sería tan doloroso. Pero no es así. Por el Bernabéu desfiló un tal Ronaldo, que no necesitaba más que encontrarse un balón en la frontal para que acabase en gol. Y eso que tenía barriga. También estuvo Van Nistelrooy, un delantero de raza que, pese a no ser ni muy veloz ni muy ágil en el regate, 'mojaba' más que Julio Iglesias en sus tiempos mozos.
Ahora, sin embargo, nos toca pasar las noches bailando con la prima Felisa, la bigotuda de la pata de palo. Anteriormente fue Higuaín, auténtico 'Fallalotodo' de raza 'Orsaid' que acampaba en fuera de juego partido tras partido. Ahora es Benzema -en este caso, Felisa-, el impasible francés que, según cuenta la leyenda, juega con las botas puestas al revés y, en ocasiones, con su querido gato echando la siesta sobre su cabeza.
Sin embargo, todo el madridismo comienza a pensar ya en cómo deshacerse de la tediosa Felisa. Su sustituto provisional, si no queda más remedio, será Morata. Como decía Mourinho: "Si no tienes perro para ir a cazar, irás con el gato". Pues bien, el perro se fue y el gato parece estar echándose la siesta. Al Real Madrid, por tanto, le tocará salir a cazar ahora con un cachorro que, por lo menos, le echa cojones. Visto lo visto, supongo que no es poco.
Porque, por mucho que digan, Morata no es -ni será- el delantero titular idóneo para el Real Madrid. El canterano sirve de revulsivo, de motivador y de plan B, pero poco más. Será la tirita que tape durante un tiempo la herida. Luego, tarde o temprano, habrá que ir a comprar un buen perro para salir de caza, que ya va siendo hora. A Felisa, mientras tanto, la pueden ir dando, que la paciencia tiene sus límites.