Bravo por Casillas
El mejor Real Madrid de 2015 se va del Camp Nou sin premio. Los de Ancelotti dominaron a un Barcelona maniatado y perdido durante la primera parte. La pegada de los azulgrana castigó a un equipo que mostró su mejor versión en casa del eterno rival. El fallo de Casillas en el gol de Luis Suárez mató psicológicamente a un Madrid que desde entonces deambuló sin rumbo sobre el césped. Este error terminó con el partido y con las opciones blancas de sumar en la Ciudad Condal.
La gran diferencia en el Clásico estuvo en las áreas. El Madrid perdonó arriba y regaló atrás. Una máxima del fútbol que dio una bofetada de realidad, quizá inmerecida, al equipo de Ancelotti. El gol, ese juez supremo, quita y da razones y no la posesión como muchos han intentando vender durante el último lustro. Nunca es tarde si la dicha es buena y esta victoria de los de Luis Enrique sirve para que se descubra el contragolpe y la pegada, cualidades del rival que siempre han sido menospreciadas en Can Barça.
El Real Madrid sobrevivió al error de Ramos en la primera mitad, pero el fallo de Casillas condenó a los de Ancelotti. Mientras, en la portería rival, Bravo salvó una y otra vez a su equipo cuando peor lo estaba pasando. Cambiando a los porteros, el resultado no hubiera sido el mismo. Ni por asomo.
Un nuevo error de Casillas, un Clásico perdido y una Liga que se pone cuesta arriba. Lo positivo es que queda campeonato por delante para remontar y dar la vuelta a la situación. Además, futbolística y anímicamente el Real Madrid sale reforzado del Camp Nou a pesar de la derrota. La buena imagen de la primera mitad es la línea a seguir por Ancelotti para luchar por el título y, aún más importante, batir al Atlético en una dura eliminatoria de Liga de Campeones. ¿Lo peor? Que una vez más la portería fue clave.