Diario del Mundial 10: La aburrida Argentina y el histórico Klose
El segundo sábado de Mundial dejó para el espectador una de cal y otra de arena. Argentina volvió a decepcionar ante Irán y mostró su peor cara en un partido ganado en el descuento... y gracias. Por su parte, Alemania y Ghana ofrecieron un espectáculo lleno de goles y alternativas en el marcador que recompensó a aquellos pobres que aún dormitaban tras el encuentro de la Albiceleste.
El desaparecido Messi marcó en el descuento para dar el pase a octavos a los de Sabella. Quizá la selección sudamericana sea la que peor sensaciones ha mostrado de todas las clasificadas hasta la fecha para la siguiente fase. Argentina entera da gracias al sorteo de diciembre y al grupo chollo en el que quedó encuadrada, ya que si hubiera caído ante otros rivales de mayor calado quizá ahora estaría eliminada y Messi organizando su tradicional tour veraniego.
Está siendo un Mundial de contrastes, porque si inexplicable es que Argentina lleve seis puntos a pesar de su paupérrimo juego, tampoco alcanza la razón a entender cómo Inglaterra ha quedado eliminada y no ha puntuado en ninguno de sus dos partidos. Sabella y Hodgson son la cara y la cruz. Al menos la Albiceleste sabe que cuenta con la suerte de su parte y ya vislumbra también un cruce de octavos en teoría asequible ante Suiza o Ecuador.
Aunque algunos intenten vender a Messi como la figura de la jornada sabatina, lo cierto es que solo existe un protagonista y ese no es otro que Miroslav Klose. El delantero consiguió un importante tanto para Alemania y además logró empatar con Ronaldo como máximo goleador histórico de los Mundiales. 15 goles en cuatro citas mundialistas, las mismas que el brasileño aunque el exmadridista no disputó ni un minuto en la de 1994.
Hablar de Klose significa hacerlo de Eurocopas y Mundiales, ya que su trayectoria a nivel de clubes ha sido bastante menos exitosa. Quizá su mejor época personal la vivió como ariete del Werder Bremen, aunque no alcanzó la élite del fútbol europeo hasta que llegó en 2007 al Bayern de Múnich. 24 goles en 98 partidos con el conjunto bávaro antes de emprender en 2011 su última aventura futbolística para enrolarse en las filas de la Lazio.
En la selección alemana no ha logrado ningún título, aunque a nivel individual ha sido capaz de ganar una Bota de Oro en el Mundial de 2006 y una de Plata en el de 2002. Ahora, a sus 36 primaveras logra el récord más importante de su carrera y sigue soñando con levantar por fin un título con la Mannschaft.