Diego López, frente a la crónica de una muerte anunciada

04.08.2014 09:30 de  Francisco José Reina   ver lecturas
Diego López, frente a la crónica de una muerte anunciada
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Ya lo advertía Ancelotti en 2013: "A veces lo comercial se impone sobre lo técnico". Y es que Florentino ya está haciendo cálculos. Dos millones a Diego López y menos de 20 millones al Levante. Es decir, cerca de veinte millones de euros para que Casillas no se moleste. De hacerlo, entraría en escena la capacidad que Iker comparte con la prensa, acudir al censurador subrayador rojo de las dictaduras para conseguir sus objetivos. A los hechos me remito.

Años después de que Del Bosque sentara en el banquillo allá por 2002 al portero mostoleño, éste hizo unas declaraciones en su contra: "…entre Hierro y Del Bosque me limpiaron del equipo y me mandaron al banquillo. No voy a parar de repetírselo hasta que me lo reconozcan. Los dos. Ninguno me lo reconoce y entre ellos dos se tapan. El Marqués me dice que no estaba bien. Mentira. Me limpiaron". Y eso que la historia acabó con César fuera del Real Madrid. En el 2006, y tras unas declaraciones de Fabio Capello en aras de poner los pies en el suelo a Iker Casillas ante el amparo por decreto de los medios de comunicación en un partido en el que el guardameta protagonizó un mediocre papel defendiendo la portería del conjunto blanco, un titular al día siguiente ("Peligra Casillas", rezaba la portada) , bastó para que al año siguiente Capello fuese despedido como entrenador del Real Madrid pese a ganar una de las Ligas más recordadas en la capital. Ese mismo año, Diego López fichó por el Villareal.

Y el hecho más cercano, con Mourinho fichando por el Madrid en 2010, se saldó con la campaña más repugnante y corrompida de los medios que se haya visto en contra de un entrenador y, claro está, su posterior cese después de tres temporadas al frente del equipo, hechos que ocurrieron por el trabajo, compromiso, fidelidad y ejemplaridad del portero que ofrecía competitividad a la portería del conjunto blanco, ergo ponía en riesgo la titularidad de Casillas, Diego López, y por inclusión de la meritocracia y el anulamiento del currículum y la trayectoria para ser titular en el equipo.

Hoy, en 2014 y después de toda esta retahíla de decapitaciones, Diego López vuelve a estar en el punto de mira. Ser huérfano mediáticamente lo sitúa fuera del Madrid y le acercan a la guillotina del mostoleño. Más aún cuando los periódicos deportivos madrileños han sacado los tanques manipulando una encuesta demagógica para fortalecer a Casillas [llevaron en portada una encuesta falsificada que hacía que Iker fuera elegido por el "madridismo" que votaba en su web sobre quién sería el preferido para ocupar la portería blanca, pasándose por el forro que la encuesta la ganara Keylor Navas]  y dando cabida en su noticiero a declaraciones como la de Julián Gabarre, un psicólogo que decía que "Casillas tiene un grado de honestidad por encima de la mayoría de los mortales" en poco más de tres días. Matallanas, periodista del diario AS, fue más allá en Twitter, excitado viendo degollado al gallego y pretencioso en el logro de sus objetivos: "Está claro que Florentino ha tomado partido: Sigue @CasillasWorld y se marcha @DiegoLopez. ¡Parece que se pira @aarbeloa17! ¿Y @XabiAlonso?!". Ahí no queda la cosa. Frente al despropósito de partido que protagonizó frente al Manchester en pretemporada, dejaron de titular la “falta de suerte” del portero. Y es que dejando las fobias y lo subjetivo de lado, Casillas, de los últimos 11 tiros a puerta recibidos [1 Atlético de Madrid, 5 Holanda, Chile 2 y Manchester United 3] ha encajado 11 goles. O lo que es lo mismo, no ha hecho ni una parada. Hay cuestiones que no son comerciales, ni técnicas, sino evidentes y necesarias. Y ésta es una de ellas. Debates aparte, Casillas no es el que era y debe poner fin a su historia en el Real Madrid.

Francisco José Reina
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Francisco José Reina
Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.