Diez

25.05.2014 10:40 de  Real Esparta   ver lecturas
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Me perdonan el atrevimiento de escribir esta columna en primera persona, pero al carajo con los protocolos. El Madrí es Campeón de Europa por décima, sí, décima vez. La ansiada, la esperada, la obsesión. Llegó como debía llegar, como tenía que pasar; con remontada, con épica, con casta, con huevos. Más huevos que el Atleti del Cholo. Más casta que cualquier otra cosa que conozca. La Décima ya está aquí. Y toca festejar.

El gol de Sergio Ramos García -desde ahora conocido como DSRG- en el minuto tres del agregado demuestra que al Madrí no se le puede dar muerto nunca. Lo que no se hizo bien en 90 minutos, sí se hizo en el descuento y en la prórroga. 12 años de derrotas y frustraciones resumidas en dos cabezazos, el de Ramos y el de Bale, con Zidane saltando como el niño más ilusionado de la cuadra.

Dos goles de Garethcito nos dieron la Copa y la (décima) Champions. El poder de su hernia no conoce límites. Esto fue sin hacer pretemporada y en su año de adaptación, lo que se viene no conoce techo, es algo espectacular. El galés ha sido apuesta personal de Florentino, como lo fue Ancelotti. Queda demostrado que algo de esto debe saber el presidente del Madrí; sus fetiches personales nos han regalado esta temporada de ensueño.

Cristiano Ronaldo culmina la temporada en un año donde recibe su segundo Balón de Oro, su tercera Bota de Oro, gana el Pichichi, es goleador con récord de la Champions y, de paso, gana la Décima Copa de Europa con el Madrí; ya está tardando la estatua ecuestre de CR7 en las inmediaciones del Bernabéu. Cris debe coronar su temporadón en el Mundial de Brasil, para cerrar unas cuantas bocas más.

Los que fuimos jeiters de Ramos la tenemos muy adentro, Sergio ha sido el hombre de la Champions y no cabe duda de esto. Alegra ver que la paternidad le ha dado esa madurez que siempre se le reclamó. De haber sabido esto le pinchaba algún preservativo a los 19 años, pero esto no importa ya. Hay que celebrar, festejar, salir corriendo por la calle. No se es Campeón de Europa por décima vez todos los días.

Fueron 12 años. Liverpool, Roma, Lyon, Arsenal, la roja de Pepe contra el Barcelona, los penales contra el Bayern, los 4 goles de Lewandowski y la remontada que no fue. Por los que trataron y no pudieron, por los que vinieron con ese sueño y se fueron sin él, por todos los que algún día soñaron con ella, por todos los que derramamos lágrimas durante esta década, por la caída del imperio galáctico. El Madrí es lo más grande del universo, el Madrí nació para jugar este tipo de partidos, para ganar este tipo de partidos, para ser Campeones de Europa por décima vez. Y ya los dejo, que estoy demasiado borracho de felicidad -y de lo que no es felicidad- como para seguir escribiendo. ¡Hala Madrid!

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My way is my way y ya está