El golpe que se debe parar
El madridismo, aquí también en Cataluña, se alegra hoy más que nunca de tener al Madrid a las puertas de un clásico más en manos de Sergio Ramos. Y es que amigas y amigos madridistas tras diez años en el Real Madrid, Sergio Ramos todavía no ha faltado nunca a la cita liguera contra el Barcelona. El defensa ha sido titular en los 20 Clásicos que se han disputado en la competición en la última década, logrando marcar en tres de estos encuentros. Además, en las actuales plantillas del Real Madrid y el Barcelona es el jugador que más veces ha disputado este duelo liguero, igualado con Iniesta.
Teniendo en cuenta todas las competiciones, Ramos sólo se ha perdido dos veces este enfrentamiento y ha disputado ya 30 partidos ante el Barcelona. A la veintena de Liga hay que sumar uno en la Champions League, cuatro en la Supercopa de España y cinco en la Copa del Rey. El de Camas es nuestro actual estandarte y uno de los jugadores que intimidarán, sólo con su presencia, a las delantera barcelonista. No olvidemos que jugamos en casa y que la presencia de nuestro capitán en el campo y en la zona mixta ya es toda una garantía de éxito inicialmente.
En su Real Madrid del alma con apenas 19 años llegó a compartir vestuario con futbolistas como Zidane, Roberto Carlos, Raúl, Beckham o Ronaldo—. Desde el primero momento le fue asignado el dorsal número 4, vacante dejada por el ex-capitán del equipo Fernando Hierro. Respecto a esto Ramos ya había comentado que «el dorsal que más me gusta es el 4. Portar el de Fernando Hierro sería un orgullo», demostrando así la confianza que se tenía a si mismo. Debutó con la camiseta madridista el 10 de septiembre de 2005 —bajo las órdenes del técnico brasileño Vanderlei Luxemburgo— durante un partido de Liga contra el Real Club Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu. Ramos entró tras el descanso en reemplazo de Francisco Pavón a aquel encuentro que el Madrid acabó perdiendo por 2-3.
Y es que... ¿cuál es la idea fundamental de la defensa para un guerrero como él? Es la de parar un golpe. ¿Por qué señal se distingue? Se distingue porque en ella se espera el golpe que se debe parar. Y ese lema lo lleva al dedillo el capitoste de nuestra retaguardia, aquel que hace una década defiende con orgullo nuestra camiseta contra el segundo equipo histórico de España, el Barcelona, en esos derbis donde a veces salen las cosas bien y otras no tan bien, en los que siempre sale con la cabeza bien alta.
Y es que como dijo el escritor y el ambientalista estadounidense Edward Paul Abbey, la naturaleza no necesita defensas, sino más defensores. Y Ramos es uno de ellos.