El Rayo resumió el año de Benítez
Probablemente el mejor resumen para acabar el año sea lo que se vivió en el Bernabéu ante el Rayo: un marcador abultado y un público insatisfecho que pita a su entrenador y a su equipo. Y es que lo que parecía encarrilarse tras el primer gol de Danilo, se torció sobremanera con dos tantos seguidos del Rayo, que se adelantaba en el marcador. El público estalló ante la dejadez del equipo, que aúna tanto desgana -asistieron pasivos a la incipiente remontada rayista- como carencia futbolística -aún no saben a lo que juegan- en una simbiosis que acrecienta el hartazgo de una afición al límite.
A pesar de los diez goles que vinieron después, tras las dos expulsiones al Rayo, la pregunta que flotaba en el ambiente era aquello de qué hubiera pasado si hubieran seguido once contra once. De hecho, ni con dos menos el Madrid fue capaz de dominar el centro del campo. Amaya, jugador rayista, confesaba después del encuentro que habían preparado el partido sabiendo que "el Madrid defiende con cinco y ataca con cinco", revelador de la falta de orden táctico del entrenador que se fichó precisamente para eso. De todos modos, y pese a compartir por momentos el enfado del Bernabéu, siento no poder lamentarme por ver a mi equipo meterle diez goles -en un marcador histórico que no se veía desde los años sesenta- al Rayo Vallecano. Siento, también, no pedir perdón por una entrada que pudo suponer la lesión de un jugador como Kroos. Lamento profundamente sentir exactamente lo contrario: quería el undécimo gol en la cuenta, reclamé tres penaltis no pitados a favor del Madrid y celebré todos y cada uno de los goles que sumaron diez al término del partido. Quizás se comprenda mejor implorar que cesen los goles de tu equipo, o abochornarse porque dos jugadores del equipo contrario se hayan prácticamente auto-expulsados con dos acciones tan innecesarias como absurdas. Pero con ese sentido común no comulgo. Menos aun cuando tengo que escuchar a Paco Jémez -que lleva en catorce partidos contra Madrid y Barça la espeluznante cifra catorce partidos perdidos y sesenta goles en contra- en rueda de prensa justificando acciones violentas y denunciando "falta de credibilidad" a la Liga por la misma situación que ha sufrido este año y el anterior contra el Barcelona, donde recordemos, sufrieron dos penaltis en contra y jugaron con nueve respectivamente. Claro, allí no hubo pérdida de credibilidad ni injusticias de ningún tipo.
Así las cosas, los que no vieran el partido y escuchasen la rueda de prensa de Benítez, pensarían que era el Madrid al que le habían enchufado diez y no al revés, pues sólo se habló de pitos, falta de juego, actitud, y malos rollos. El resumen perfecto del año de Benítez.