El Real Madrid al más puro Augusto en Germania
Una de mis citas favoritas en la historia siempre será la de Augusto tras la Batalla del Bosque de Teutoburgo. Apócrifa, por supuesto, desvela el sentimiento que tenemos los madridistas con este Real Madrid. "¡Varo, devuélveme mis legiones!", atribuyó el historiador Suetonio tras la masacre de prácticamente 30.000 romanos a manos de Arminio y sus queriscos, brúcteros y angrivarios. La traición del germano pesó en Roma, sobre todo en Publio Quintilio, quien no se lo vio venir y por eso acabó de aquella manera. Aquí, en nuestro querido club, pasa un poco lo mismo. Confianzas rotas y falta de miras en todos los espectros que conforman la entidad. Desde la presidencia hasta los propios jugadores, pasando por el cuerpo técnico, la dirección deportiva y nosotros mismos, los aficionados.
En el madridismo hay una plena guerra civil para ver a quién hay que echar la culpa. Si a Kylian Mbappé, a Vinicius Jr, a Xabi Alonso o al mismo Florentino Pérez. Si todos fuésemos capaces de ver el panorama general, el "big picture" que tanto gusta en el habla inglesa, seguramente nos iría a mejor. Seguramente sí, esto sea por el fichaje del francés, por la ineptitud del tolosarra, así como la inoperancia del brasileño durante un año entero, e incluso por la pereza de la directiva a cubrir necesidades en vez de meter cromos a mansalva. La vida no es justa, y como nunca va a serlo, alguien tendrá que pagar los platos rotos de tantos fallos y errores que no se han querido tapar con el paso de los años.
Será Xabi quien lo haga, y probablemente hasta se marche, quien sabe. Lo único que puedo llegar a saber es que hace dos años pudo haberse salvado toda la planificación deportiva, pero se prefirió hacer otra cosa. Hacer oídos sordos a las peticiones de Carlo Ancelotti durante dos veranos para que el mismo italiano no pasase durante toda una temporada de dos grandes promesas como Arda Güler y Endrick a modo de rebelión no ha sido la mejor decisión, ¿verdad?
La traición a unos ideales ya construidos y la prepotencia adquirida con el paso de los años recuerdan mucho a la campaña de Marco Licinio Craso en Partia, aunque eso lo dejaré para otro capítulo. Desconozco si el Real Madrid tiene solución alguna. Unos optan por la limpieza de todo el mundo en el vestuario, y otros por la salida de Xabi. Seguramente debería ser el término medio que tanto defendió Aristóteles en "Ética a Nicómaco", aunque en el club solo conocen el exceso y el defecto para nunca ponerse de acuerdo en salir adelante juntos. Porque la historia de la entidad siempre ha sido esa: la unión de todos los elementos de la cadena para hacer más brillante y grande al escudo con muchas Copas de Europa.