El reencuentro con tu amada

En la vida, cuando van pasando las distintas etapas de ésta, vas queriendo cosas que se adapten a ti. De pequeño deseas una bicicleta o un coche teledirigido; de joven, salir de fiesta con tus amigos hasta de madrugada y así hasta un largo etcétera. Sin embargo, hay un momento que queda siempre para toda la vida: el primer amor. Un primer amor que los puede haber de diferentes tipos y que al Real Madrid le ha tocado el peor.

En 2002, la misma noche que besó a la 'Novena', vio pasar a otra Copa de Europa de la que se enamoró y que no volvería a ver hasta la noche de ayer. Como si de Ingrid Bergman en la escena de despedida en el aeropuerto con Humphrey Bogart de Casablanca se tratase, aquella Copa se despidió del Madrid durante mucho tiempo, en concreto, 12 años. Una despedida que se ha hecho dramática para muchos.

Sin embargo, anoche se dieron la mano. Fue un reencuentro que costó mucho conseguir. Ha habido intentos de verse pero que al final no pudieron ser. Por ello, la noche de ayer tenía que ser especial. Sergio Ramos dibujó a primera sonrisa en la cara de la amada que, tras insistir en la prórroga, acabaría en los brazos de Iker.

Nunca ha sido fácil para el Madrid alcanzar aquello que se proponía. Ha tenido que luchar contra viento y marea para conseguir lo que hoy en día es: el mejor equipo del mundo, obviando el tema económico. Sólo sus aficionados han acompañado al club en un período - desde la 'Novena' hasta hoy - en el que se han vivido de los momentos más negros de la historia del club.

De un plumazo, con humildad, trabajo y mucho esfuerzo psicológico, sobre todo tras los palos del principio de temporada, la ceja de Carletto ha guiado el camino a la 'Décima'. A ese amor platónico que, por fin, ha vuelto a ese aeropuerto del que se fue. La heroicidad no podía faltar, la dificultad de un rival que lleva más tiempo esperándola es también de alabar. Lo que ha hecho el 'Cholo' con este equipo va a ser único.

Hoy, por encima de cualquier error que pudo echar por tierra todo, de los goleadores y de los que no lo hicieron, de los que jugaron mejor o peor está el escudo del Madrid. Doble dígito, qué bien suena.

autor

Andrés Espuelas

Periodista en proyección, onubense -de donde nació el fútbol-, colaborador de Bernabéu Digital y madridista, pero de esos que apoyan y se levantan del asiento para animar. 'Lo bonito del periodismo no es que nos inventemos mentiras sino que nos inventamos la verdad', aunque a veces no se cumpla.