El Santo hizo otro milagro
Volvía Cristiano a calmar al público del Camp Nou -rematando una jugada soberbia en la que el taconazo de Benzema fue adjetivado por Guti como el "tacón de Dios" vía Twitter- después de que la soberbia de algunos pronosticaran un marcador abultado a favor del Barcelona, cuando, y tras exhibirse el conjunto blanco en la primera parte del partido, Casillas volvió a obrar el milagro. Esta vez no salvó a nadie ni protagonizó paradas imposibles, de hecho, sólo los que gozan de buena memoria pueden recurrir a alguna de esas acciones pasmosas que llevaba a cabo para defender al guardameta y capitán del Real Madrid. En esta ocasión Iker Casillas se vistió de santo para resucitar a un Barcelona que, asistiendo atónito a la superioridad de un equipo que gobernaba el medio del campo bajo la batuta del Modric mariscal, volvió a quedarse igual de sobrecogido con semejante desmayo. Y es que, antes de que Luis Suárez chutara, Casillas ya estaba vencido hacia la izquierda, recordando a aquel gol de Dzeko con el Manchester City en el Santiago Bernabéu -incurrió en el mismo error- que propició el banquillazo posterior en Málaga y toda la retahíla de sucesos que sobradamente conocemos.
Aunque no se pueda focalizar el peso de la derrota en el portero del Madrid, -la culpa de que el Barça esté líder a cuatro puntos se halla en los 3 puntos conseguidos de los 15 partidos jugados contra los grandes- indigna jugar sin portero en el tramo más importante de la temporada. Mirando lo positivo, Cristiano volvió a marcar, el Madrid volvió a jugar y, en el caso hipotético de llegar al final de la Liga empatado a puntos, la escuadra de Ancelotti ganaría por tener el goal average a favor. Aunque lo verdaderamente positivo es que un día más es un día menos para que Iker abandone definitivamente el Real Madrid, para suerte de todos, Casillas -y su imagen- incluido.