El arbitraje de siempre

Opinión de Diego Rivero
19.01.2024 21:00 de  Diego Rivero Mosqueda   ver lecturas
Cuadra Fernández
Bernabeudigital.com
Cuadra Fernández
© foto de Federico Titone/BernabeuDigital.com

La justicia en España es una mera utopía para toda la élite, desde políticos hasta árbitros, y eso que estos últimos no son nada en la vida. Los primeros tampoco, de hecho... nadie lo es en global. Si bien el Real Madrid se merece algo mejor en términos de limpieza y honestidad, la Real Federación Española de Fútbol, así como el Comité Técnico de Árbitros, nunca han cumplido con estos dos parámetros. Ejemplos de ello hay muchos a lo largo de estos últimos treinta años, pero vamos a tener un poquito de amnesia por esta vez. Alberola Rojas, que pitó las semifinales de la Supercopa de España entre el Atlético de Madrid y los blancos, dio una 'masterclass' sobre como favorecer a los de siempre. No contentos con ello, Cuadra Fernández dio otra más, pero esta fue ayer en Copa del Rey.

Porque les da igual. La intocabilidad en este país con la corrupción imperante no es nueva, lleva ya 30 añitos, y mueve muchos millones de euros. Así funciona España en cualquier ámbito, y el del fútbol no va a ser menos. Negreira es mucho Negreira, claro está, y la situación del Real Madrid no la va a solucionar el fichaje de Kylian Mbappé, ni tampoco el de Erling Haaland. Los juzgados sí, aunque tampoco lo tengo tan claro, porque ha habido casos en este país que hacen indicar lo contrario.

En cualquier caso, los blancos, un día más, han tenido que luchar contra una organización que les quiere fuera de cada competición española que disputan. Sabemos por qué, claro está, sería de iluso no saberlo, aunque todavía hay gente que no lo quiere creer. El fútbol se convirtió, desde hace años, en un deporte por la cola, no solo por la corrupción del FC Barcelona y el resto de estamentos políticos, sino por la misma cantinela de siempre, y es que la sociedad está podrida hasta el extremo. El Real Madrid no puede salvarnos a nosotros mismos, por mucho que lo intente.