El Madrid debe saltar al campo como si siempre jugase en el Camp Nou

Bernabeudigital.com

Si hay algo y es lo único que pide la afición del Real Madrid a su equipo en cada partido, es que se embarque en los mismos con la disciplina con la que lo ha hecho en la tarde de hoy en Barcelona. Solo unos días después de una imagen ruinosa y lamentable ante Cádiz y Shakhtar, los blancos se han comido el pasto del Camp Nou con una ensalada de intensidad, actitud y un fútbol pícaro y musical con rapidez y precisión en la circulación. Con solo tres o siete días de diferencia siendo los mismos jugadores, la única explicación posible es que el escenario motivaba más que la aureola que rodeaba a enfrentarse a un recién ascendido y a inaugurar la Champions contra un equipo ucraniano. Entonces, faltó de todo, aunque en los dos últimos careos el Real ha recuperado parte de la pegada y el gol que había perdido por el camino. 

En la Ciudad Condal todos fueron gladiadores con una idea común y reconocible, quizá porque la mecha que encendieron las críticas ácidas tras los tropiezos hirieron lo suficiente el orgullo de unos futbolistas que estaban obligados a reaccionar. Incluso Asensio, sin duda uno de los más grises, se solidarizó con Nacho en labores defensivas y en la segunda parte con un muy buen Lucas, que había sido uno de los señalados hace una semana. Tan enteros se les vio físicamente a los pupilos de Zidane que al francés, que tampoco es un amante de agotar los cambios, tan solo le bastó con tres para complementar a un equipo férreo, con carburante de sobra y sin fisuras. Para que el Madrid aspire a todo no hace falta que doblegue a su oponente en todas sus citas, basta con que muestre siempre el carácter y ADN de esta tarde.