El Real Madrid, obligado a perderle el respeto al mercado de invierno
Transitada la mitad del curso, el balance del Real Madrid no es para tirar cohetes. Va a un rebufo de 4 puntos en LaLiga contra un diligente vecino que tiene dos partidos menos, ha caído a las primeras de cambio en una Supercopa de España que vale 180 minutos, pasó a octavos de Champions con suspense y todavía tiene que iniciar su andadura en la Copa, una competición que ha subestimado especialmente en las últimas temporadas.
Ese bagaje actual no es ni más ni menos que por no dominar las dos áreas. En la propia, el Real ha perdido el empaque que le llevó a levantar el metal doméstico en verano y ha concedido más de lo habitual. La dupla Ramos-Varane ya no es tan infranqueable, Mendy es más voluble y los problemas físicos de Carvajal han obligado a improvisar fórmulas en el lateral derecho, porque Odriozola también los ha sufrido y además no cuenta con la confianza del entrenador. Arriba, solo Benzema ha dado la talla. No hay ni rastro de otros compañeros cuando se trata de besar red, ni tampoco opciones concedidas por Zidane. Es la pescadilla que se muerde la cola, con una situación difícil porque el francés apunta a quemar el núcleo duro. Da la sensación de que el marsellés no tiene un plan establecido, y ha pasado de las rotaciones masivas a aferrarse a una selecta tropa. Más allá de las vacas sagradas, es difícil abrirse paso entre el espesor de las alineaciones.
Pero la sintomatología que presenta el Real Madrid tiene, por ahora, solución. Con el mercado invernal en pleno apogeo, los blancos tienen que dejar a un lado la apatía que últimamente le tienen a salir a comprar este mes, que siempre presenta alguna rebaja interesante. En esas, Depay es una opción muy suculenta. El neerlandés es un jugador maduro y polivalente, termina contrato en junio, el Lyon es un buen amigo y de paso, sería un golpe al Barcelona, que lleva detrás de él desde el verano. En el capítulo de salidas, urge buscar equipo a Marcelo e Isco, que parecen estar cumpliendo un año sabático por los éxitos pasados. Si 'Zizou' no abre la mente y el Real no se mueve, a día de hoy no parece que vayan a encontrar el camino de ninguno de los títulos en juego. La Supercopa fue la primera decepción de un panorama que todavía puede ser más sombrío.