Tchouaméni, creételo

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Tiene calidad, tiene físico... Aurélien Tchouaméni tiene condiciones para ser uno de los mejores mediocentros defensivos de todo el planeta, pero le falta lo más importante: actitud. Su carácter es peculiar, pero la intensidad no se negocia. En muchas ocasiones se le ve como falto de ganas, y esa es una de las cosas que más molesta a los aficionados del Real Madrid. La imagen que dio en el derbi, donde protagonizó un grave error defensivo que facilitó el tercer gol del Atleti, ha vuelto a colocarle en el ojo del huracán, sobre todo porque su gran rival por el puesto de pivote, Eduardo Camavinga, ha regresado de su lesión como un toro, a un nivel extraordinario.

En cambio, a Tchouaméni se le ve perezoso en los esfuerzos y demasiado horizontal cuando se ofrece o intenta jugar el balón. Le falta atrevimiento, desparpajo y contundencia. Es joven, no podemos pretender que ya se convierta en Casemiro (menuda tarea más complicada), pero qué bien le hubiera venido un añito con el brasileño en el equipo. Cómo le hubiera enseñado 'Case' el oficio de pivote y el lema de Don Santiago Bernabéu ("La camiseta se puede manchar de barro, sudor y sangre, pero jamás de vergüenza").

Al francés hay que exigirle porque puede dar mucho más de sí mismo y porque tiene potencial para ser uno de los mejores mediocentros defensivos del mundo, en su estilo. Sus 80 millones costó. Necesita regularidad y, sobre todo, creérselo. Tiene lectura de juego para evitar goles como el del otro día en el Metropolitano y capacidad para dominar la medular en cada partido. Pero sin actitud... Imposible. Y ya lleva temporada y media así. Esto no es para siempre y la pacienda del Real Madrid es limitada. El club no espera a nadie; así que, Tchouaméni, despierta y, sobre todo, creételo.

autor

Daniel Cayetano

Redactor jefe y coordinador de Bernabéu Digital. Madridista de cuna. Estudiante de Lengua y Periodismo en la URJC. Exredactor en Sphera Sports y excolaborador de Radio 4G.

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