Iker Casillas, crónica de una pitada anunciada
Desde que debutara el 12 de septiembre de 1999, Iker Casillas ha sido ídolo del madridismo durante muchas ocasiones a lo largo de las cerca de dieciséis temporadas que acumula el madrileño defendiendo la portería del Real Madrid. Pero el "todo lo que nos ha dado" lleva tiempo tornando en "todo lo que nos está quitando". Contra el Valencia, el Bernabéu explotó en contra del arquero por la responsabilidad que tuvo en el primer gol del conjunto ché. En ese preciso instante, el gol fue la gota que colmó el vaso para pitarle. En las mentes del público pasaba, como en cinta de revelado, varios acontecimientos, mescolanza de datos y vivencias a la par de desgarradoras: llamadas a Xavi, cantada contra el Atlético de Madrid en Copa, anteposición de la Selección al club, un Zamora en 16 temporadas, pulsos y decapitaciones de entrenadores por conveniencias, cantada que pudo costar la Décima, permisividad ante las campañas antimadridistas, calumnias e insultos en contra de cuerpo técnico y compañeros de vestuario, filtraciones, cantadas contra el Schalke en Champions, mensajes y recados a través de Instagram, negaciones a entrenamientos y calentamientos, 2 paradas por partido y 1 gol encajado de media, autorización de embustes contra el entrenador del equipo por parte de su compañera sentimental, el gol de Suárez en el Camp Nou, y un largo etcétera de efemérides que engullían paulatinamente al que fue talismán de todos y cada uno de los que le pitaban el sábado en Madrid. Para colmo, encajó otro tanto, con menor gravamen. Pero el madridismo ha pasado de adorarle a no soportarle.
Más cuando siendo protagonista de la mayoritaria pitada, contrarió el gesto y dedicó un "a tomar por culo ya hombre, a la mierda ya. Qué pesados, a tomar por culo ya con los pitos de los cojones. Qué pesados, a la mierda. Hasta los cojones ya". Palabras y aspavientos que, gracias a la sobreprotección de los medios -clave para entender la titularidad de Casillas en el Real Madrid- no tendrán las consecuencias que vivió en su día Di María [en forma de feroces críticas] tras otro enfrentamiento con el público, en esta ocasión a través de un gesto a la grada. Así las cosas, Ancelotti -que es el verdadero culpable de alinear a un portero que no está ni a años luz de lo que fue- en rueda de prensa siguió tomándonos por gilipollas asegurando que "Casillas hizo un buen partido". Un Casillas que, una vez vista en contra una de las dos entidades que le apoyaba acérrimamente -el público del Santiago Bernabéu- debe abandonar el equipo a final de temporada por su bien y por el bien del Real Madrid, situación que agradeceremos todos.